Un nuevo personaje desembarcó en la pantalla chica. Se trata de Luciano Giugno. O simplemente, el Tirri. Primero se hizo conocido por ser el primo de Tinelli. Hoy la gente lo reconoce en la calle y disfruta de sus locuras en Twitter, que trasladó a Bailando 2014, certamen en el que de entrada ya demostró sus dotes cómicos. El plus se lo dio la complicidad que tiene con Marcelo.
"En una época fui muy mentiroso y salidor. Una vez, estando en Europa con Marcelo, después de cenar le decía que me iba a dormir. Pero yo ya había buscado una disco, salía y llegaba a las 7 de la mañana. Marcelo se levantaba a las 8, se leía los diarios y me golpeaba la puerta. Y yo lo saludaba como si nada. Dormí una hora durante 15 días. Llegué destruido, me dormí un mes entero. Mi novia, cuando me vio, me dijo "¿qué te pasó?". Ahora di un giro muy grande en mi vida, ya no salgo más".
Ciudad.com lo entrevistó para saber cómo transita este nuevo desafío, en donde la fama y la exposición, que le fueron heredadas, hoy son propias.
Al iniciar la charla, el Tirri cuenta que comenzó el día con dos dificultades: se quedó sin la llave de su edificio y le avisaron que bailaba hoy viernes. "Yo bailaba la semana que viene, el jueves, pero Marcelo me avisó que bailaba hoy. Hace tres días que estoy con el clásico. Recién me llamó para preguntarme cómo venía con el ritmo y le dije que complicado, porque recién el lunes estaba previsto que venga un coach a explicarnos cosas de clásico. Pero si necesita que baile hoy, estoy disponible. Si me daban más tiempo, yo sabía que la rompía, porque iba a poner más caras, iba a tener mejores terminaciones. Igual, el personaje mío pasa todo por la previa", explica, antes de salir corriendo para el ensayo.
-A través de tu incursión al show se pudo conocer una parte de la familia de Marcelo, ¿cuál es la anécdota que nunca falta en la ronda familiar?
-Tengo diez mil. A mí me agarraron en muchas mentiras, en una época muy salidora mía. Pero tengo una anécdota tremenda para contarte: generalmente, todos los años nos vamos a ver partidos de la Champions League (N de la R: el torneo de clubes de fútbol más importante de Europa) y yo en esa época, en Europa, le hacía la gran sanata. Después de ver el partido, de comer, le decía que me iba a dormir. Pero yo ya había buscado una discoteca, salía y llegaba a las 7 de la mañana. Marcelo se levantaba a las 8, se leía los diarios y me golpeaba la puerta. "Buen día, Tirri", y yo lo saludaba y continuaba el día como si nunca hubiese salido. En ese viaje, durante 15 días, dormí una hora. Llegué destruido, me dormí un mes entero. Mi novia, cuando me vio, me dijo "¿qué te pasó?". Pero ahora, cambié, di un giro muy grande en mi vida, ya no salgo más.
-Vamos a hacer el esfuerzo de creerte...
-En serio. Otra genial que me pasó un día: me excedí y llegué al mediodía. Esto fue en Punta del Este, y para que la gente no me vea llegar, fui por un parque que había atrás y me encontré con un nido de teros... Los teros son muy agresivos, te corren y si te agarran, te pican... Llego y estaban todos tomando mate, leyendo el diario, haciendo una vida muy sana... y yo llegaba de escaparme de unos teros, con anteojos grandes, después de que me hayan corrido a los picotazos. Cuando me ve Marcelo me dice: "¿¡Qué haaace!?". Fue muy gracioso.
"Hace tres días que estoy con el clásico. Yo bailaba el jueves que viene, pero Marcelo me avisó que iba hoy. Recién me llamó para preguntarme cómo venía con el ritmo y le dije que complicado. Pero si necesita que baile hoy, estoy disponible. Si me daban más tiempo, yo sabía que la rompía, porque iba a poner más caras, iba a tener mejores terminaciones. Igual, el personaje mío pasa todo por la previa".
-¿Y alguna anécdota de la niñez, en Bolívar, con Marcelo?
-De chico, Marcelo me tomaba de punto todo el tiempo, porque yo siempre fui el más mimado. Cuando íbamos a la playa de Mar del Plata con su mamá, yo le tenía miedo al mar. Entonces, cuando ella no se daba cuenta, Marcelo me agarraba la cabeza y me la hundía en el agua. Cuando la madre se daba cuenta, le decía: "¡Qué le hacés a Lucianito, por Dios!".
-¡Con ustedes no tenían paz!
-Otra cosa terrible que me hizo, también en la playa, fue un día que le pedí que me acompañe al baño: llegamos y él me dejó solo. Estuve perdido más de una hora y media, montado a caballito de un guardavidas, con gente aplaudiendo a mi alrededor. No me reclamaba nadie. Pese a todas estas cosas, como yo no tenía hermano mayor, tenía devoción por él. Nos amamos.
-Volviendo a tu debut en el Bailando, ¿creés que el jurado fue justo con vos?
-Todos fueron divinos. Yo no me voy a pelear jamás con el jurado, porque no fue falta de ética ni falta de criterio lo que hicieron conmigo. Yo llevé a la pista lo que soy, un personaje. No está en mi onda pelearme y estuvo bárbaro el uno que me puso Marcelo Polino, pero no estuvo bien que cuestione mis conocimientos sobre los animales que yo exponía en la previa. Por eso, el día de la sentencia caí con el pez piedra, porque no me creía que existía. Todo lo que yo dije fue verdad. Es más, a mí me gustó que Polino me ponga un uno, para que después no digan que “el primo de Tinelli” está arreglado.
-En disco faltó el aliento de tu novia Mimí, ¿va a ir a hacerte el aguante al programa?
-Estaba previsto que Mimí venga el domingo, pero ahora bailo antes. Ella también es un personaje, Marcelo y sus hijas la adoran. Ella realmente es una comediante, también es periodista. Los dos hacemos un dúo muy bueno, porque Marcelo la potencia, le llena la cabeza con celos. Pero bueno, todo se adelantó y, esta vez, nuevamente no va a estar y eso me pone mal.
-¿Qué dijo cuando te vio bailar disco?
-A ella le encantó. Le hubiese gustado estar acá.
-Adentrándonos aún más en tu vida privada: sos padre de tres mujeres, ¿están contentas de tu desembarco en la TV? ¿Alguna de ellas vive en la Argentina?
"Me encantaría hacer ficción. Después de la previa que hice en mi debut en el Bailando, me dijeron de hacer teatro. Pero no quiero perderme el verano con Marcelo y su familia. Lo que sí haría son algunos capítulos en alguna telenovela".
-Ninguna de ellas vive acá. Una vive en Nueva York, otra en Miami y otra en San Pablo. Las tres vieron el programa y están como locas, muy contentas, como toda mi familia.
-¿Te gustaría volver a ser papá, con Mimí?
-Lo hemos hablado, pero es una barbaridad que yo quiera ser padre ahora con todas las cosas que estoy haciendo. Tengo una empresa, voy a sacar un disco y estoy en el Bailando. El disco lo voy a sacar cuando quede eliminado del certamen. Es un proyecto que se llama Los Matadores, es una banda en la que yo soy el único argentino, después hay dominicanos, puertorriqueños… es una onda Calle 13, porque yo mezclo todos los ritmos. Incluso tengo el videoclip listo, pero paré todo, porque Marcelo quiere que le de prioridad -y tiene razón- al Bailando.
-Por otro lado, en 2012 hiciste un bolo en Solamente vos. ¿Te gustaría actuar en alguna novela, con continuidad, o hacer teatro?
-Hacer algo en una ficción me encantaría. Después de mi debut en ShowMatch, de la previa, me decían de hacer teatro. Pero, llame quien me llame, no me voy a perder el verano, poder compartirlo con Marcelo y la familia. Por ningún dinero me perdería de eso. Lo que sí me gustaría es hacer algunos capítulos en alguna novela. Menos teatro, cualquier cosa.