Justin Bieber no para de protagonizar escándalos, pero la situación ya se le fue de las mano y ahora está con problemas policiales y judiciales tanto en Estados Unidos, en Los Ángeles y Miami particularmente, y en Toronto, Canadá.
Tal es así que varios ciudadanos de la tierra de Mickey Mouse están pidiendo que lo deporten a su país natal. Es más, según el sitio TMZ.com, Justin será vigilado por la policía aduanera estadounidense indefinidamente.
Por eso, Bieber y su equipo se pasaron gran parte del sábado buscando por toda la ciudad de Nueva York una piscina privada para poder realizar un "ritual de purificación": una ceremonia que predican los miembros de la popular iglesia Hillsong, la cual fue fundada en Australia y conocida por sus grandes espectáculos audiovisuales.
Este ritual es vital para llevar una vida cristiana intachable y alejada del pecado. La idea es liberarse de energía negativa.
"Justin necesitaba purificarse a través de un ritual parecido al bautismo. Pero no tuvieron suerte y tuvieron que posponer la ceremonia hasta otro momento, lo que no le ha desanimado a la hora de buscar la paz interior", reveló una fuente al diario The New York Post.
El tema espiritual no es nada nuevo en la vida del canadiense. Fue bautizado de niño y es un miembro activo de la iglesia protestante. "Justin ha empezado a tomarse mucho más en serio los preceptos de la fe cristiana ahora que está metido en tantos líos, y está convencido de que su arrepentimiento y su devoción religiosa le ayudará a superar esta difícil etapa. La verdad es que necesita tomarse un descanso y encontrarse a sí mismo", dijo otro confidente al mismo medio.