En una entrevista con el programa ET, las actrices de Baywatch, que lucían esos esculturales cuerpos con esos trajes de baño color rojo fuego, contaron que por contrato debían mantenerse delgadas y capaces de poder lucir la ropa de playa que les entregaba la producción.
"Los trajes de baño estaban regulados como parte de nuestro contrato", subrayó Erika Eleniak, quien reconoció que la cláusula respecto al peso era muy estricta y que, en caso de no poder cumplirla, se rompía automáticamente el acuerdo. "Había mucha presión", expresó por su lado Traci Bingham. No era fácil para ellas mantenerse en forma todo el año pero la mayoría no se arrepiente de haber hecho el programa. Pero algunas tuvieron consecuencias: "Fue mucho después en mi vida (tras terminar la serie) que descubrí que tenía problemas de tiroides y subí mucho de peso", dijo Gena Lee Nolin.