A la hora de revisar su catálogo, Netflix cuenta con una serie portuguesa que dio que hablar en su momento y todavía lo sigue haciendo: Rabo de Peixe.
La premisa parece salida de una película, pero ocurrió de verdad. En 2001, un barco encalló frente a las costas de Rabo de Peixe, un pequeño y tranquilo pueblo pesquero en las Azores, Portugal, y con él llegaron cientos de kilos de cocaína de alta pureza.
Los habitantes, en su mayoría humildes, se encontraron de golpe con una mercancía que cambiaría el rumbo de sus vidas. Ese hecho real, casi inverosímil, inspiró Rabo de Peixe, una de las series más vistas de Netflix en los últimos meses y que ya cosecha elogios en todo el mundo.
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¿De qué trata Rabo de Peixe?
Con una mezcla de thriller, drama juvenil y humor negro, la ficción sigue a cuatro amigos que ven en esa droga una oportunidad para salir de la pobreza. Pero, como suele suceder, lo que empieza como una jugada audaz pronto se convierte en una espiral fuera de control, con mafias, violencia, traiciones y decisiones que los marcan para siempre.

Los protagonistas de Rabo de Peixe son Eduardo, Rafael, Silvia y Carlinhos, cuatro jóvenes locales con sueños truncados y pocas oportunidades. Al encontrar la cocaína, deciden venderla y cambiar su destino. Sin embargo, pronto descubren que no están solos: desde traficantes italianos hasta agentes corruptos, todos parecen tener intereses en la carga desaparecida.

La serie retrata con intensidad las consecuencias de ese hallazgo, no solo para los chicos, sino para todo el pueblo, que pasa de ser una comunidad olvidada a convertirse en epicentro de un caos narco.
Las actuaciones, especialmente las de José Condessa (Eduardo) y Helena Caldeira (Silvia), aportan humanidad a personajes atrapados entre la necesidad y la ambición.
Desde el primer episodio, Rabo de Peixe se diferencia por su estética visual: planos abiertos de las islas Azores, colores vibrantes, una banda sonora moderna y escenas de acción coreografiadas con precisión. La narrativa no da respiro, alternando momentos de comedia oscura con escenas de violencia brutal y dilemas morales.

La dirección de Augusto Fraga (también creador de la serie) logra un equilibrio difícil: mostrar el realismo social sin caer en el miserabilismo, y a la vez ofrecer un producto entretenido, fresco y lleno de tensión. La serie también se permite guiños al cine de Scorsese y a clásicos del narcotráfico como Breaking Bad, pero con identidad propia.
Un fenómeno inesperado y una historia que sigue resonando
Rabo de Peixe no solo fue un éxito en Portugal: desde su estreno en Netflix escaló posiciones en varios países, incluida Argentina, donde se mantuvo durante semanas en el Top 10. El boca a boca, su historia basada en hechos reales y el retrato de una juventud sin rumbo pero con ingenio la convirtieron en una de las revelaciones del año.
La historia del pueblo que casi se vuelve narco por accidente no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre las desigualdades, las decisiones límite y las consecuencias de cruzar ciertas líneas.