Clint Eastwood dirige y protagoniza una película que llegó al catálogo de Netflix y poco a poco fue convirtiéndose en uno de los westerns más cotizados de la plataforma.
Se trata de La venganza del Muerto, (título original: High Plains Drifter), una de esas joyas del cine de los setenta con un joven Eastwood que el paso del tiempo convirtió en película de culto.
Estrenado en 1973, este western oscuro, crudo y enigmático sorprende a nuevas generaciones y reencanta a los fanáticos del género. Lejos de la épica heroica de otros clásicos del Oeste, esta historia apuesta por el misterio, la ambigüedad moral y la violencia como parte del paisaje.
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¿De qué trata La venganza del Muerto?
La trama se sitúa en el ficticio pueblo de Lago, donde un forastero sin nombre (Eastwood) llega a caballo atravesando el desierto.
Los habitantes, atemorizados y culpables por un crimen del pasado, deciden contratarlo para protegerlos de unos exconvictos que vienen en busca de venganza. Sin embargo, este jinete taciturno tiene sus propios planes, y su presencia desatará un ajuste de cuentas mucho más profundo que el que esperan los lugareños.

Clint Eastwood, siempre implacable y enigmático
A esta altura, nadie discute la figura mítica de Clint Eastwood en el cine western, y en La Venganza del Muerto vuelve a componer un personaje con su sello inconfundible: frío, astuto y letal.
Pero a diferencia de otras películas del género, acá su personaje está envuelto en un halo casi fantasmal.
Eastwood también dirige con pulso firme, en lo que fue apenas su segunda experiencia detrás de cámara. Ya desde entonces demuestra una mirada autoral, con escenas largas, silencios densos y una crítica implícita a la hipocresía social de un pueblo que prefiere callar antes que hacerse cargo de sus pecados.
Un western que rompe con las reglas del género
La venganza del muerto no es un western tradicional. Hay tiroteos, sí, pero también hay una atmósfera de thriller psicológico y elementos casi sobrenaturales. La paleta de colores áridos, los paisajes inhóspitos y la banda sonora ominosa refuerzan la idea de un mundo donde no hay buenos ni malos, sino solo sobrevivientes.
A diferencia de las grandes epopeyas del Oeste clásico, esta película es más sombría, más introspectiva. La violencia no es épica ni gloriosa: es brutal, cruda y, muchas veces, perturbadora.

Una gema escondida en el catálogo de Netflix
Pese a ser una obra destacada en la filmografía de Clint Eastwood, La venganza del muerto suele quedar opacada por títulos más populares como El bueno, el malo y el feo o Los Imperdonables.
Sin embargo, su llegada a Netflix representa una oportunidad inmejorable para redescubrirla. Es una película que resiste el paso del tiempo y que, medio siglo después, sigue siendo incómoda, magnética y profundamente cinematográfica.
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Para los amantes del western —y para quienes quieren ver algo diferente dentro del género—, esta gema oculta es una invitación a sumergirse en una historia de redención y castigo que, como su protagonista, no da explicaciones. Solo basta con darle play.