Revelación. A través de una investigación que fue publicada por la revista Nature, se conoció cuál sería la razón por la que más de 100.000 habitantes de la civilización maya abandonaron a mediados del siglo IX la ciudad de Tikal, ubicada en la actual Guatemala.
De acuerdo con un equipo de arqueólogos de la Universidad de Cincinnati, fueron los mismos mayas quienes, sin darse cuenta, contaminaron sus reservas de agua con ciertas sustancias tóxicas que utilizaban para decorar sus construcciones y monumentos. Durante unos 1000 años, Tikal fue una de las ciudades mayas más impresionantes de su historia.
Para llegar a sus conclusiones, los científicos excavaron en diez acuíferos distintos de la ciudad fantasma y encontraron dos bacterias que, en principio, habrían provocado que el agua se volviera verdosa y desagradable al gusto y al olfato. Sin embargo, según la información publicada en Nature, la explicación va más allá.
La investigación encontró que grandes cantidades de mercurio se vertieron sobre las masas de agua colindantes a Tikal. La ciudad era un terreno con poca agua, por lo que en época de lluvias construían depósitos de agua para poder sobrevivir.
Sin embargo, dichos depósitos artificiales fueron contaminados por los mismos mayas. Estos empleaban el cinabrio, un compuesto de color rojo que utilizaban para decorar los edificios que también servía en sus rituales.
El problema radica en que el cinabrio, un mineral rojo compuesto por un 15% de azufre y un 85% de mercurio, se volvía tóxico incluso al tacto. Si bien los mayas lo sabían y trataban de no tocarlo, no tuvieron en cuenta la variable de la lluvia que, de a poco, se infiltró en los depósitos de agua arrastrando también al peligroso pigmento.
El estudio, publicado también por la revista Scientific Reports, asegura que el agua intoxicada y no potable comenzó a enfermar y a matar a las personas . Con el paso del tiempo y sin forma de solucionar los inexplicables problemas de salud de la población, los mayas decidieron abandonar el lugar en busca de tierras limpias y sanas creyendo que la ciudad estaba maldita.
