Las arenas movedizas constituyen un fenómeno curioso, pero no funcionan como un pozo succionador que se lo traga todo. Según publica la revista Muy Interesante las mismas son básicamente “una mezcla de arena fina (40%-60%) y agua, y por eso suelen encontrarse en zonas pantanosas y cerca de estuarios, lagos o ríos”.
Cuando no las perturba ningún factor externo, explica la publicación, permanecen viscosas como un pegamento o como una materia sólida de tipo gelatinoso, pero, al estar saturadas de agua, la fricción entre los granos es mínima, por lo que funcionan como un barro que no puede soportar ningún peso. Si alguien lo pisa, el agua y la arena se separan, y la mezcla se vuelve fluida. Eso hace que el cuerpo inicialmente se hunda, pero se puede salir si se mantiene la calma y se siguen estas recomendaciones.
¿Cuáles son los pasos a seguir?
En vez de andar, recomienda la revista, lo que hay que hacer es impulsarse con los brazos hacia arriba y hacia atrás y echarse de espaldas para repartir el peso del cuerpo y ofrecer más superficie corporal. Así, el cuerpo, al ser menos denso que la arena, flota. Luego hay que reptar y arrastrarse lentamente de espaldas hacia fuera, aunque la mejor forma de prevenir una fatalidad es tener un teléfono móvil encima y usarlo para pedir ayuda.
Es más común encontrar arenas movedizas cerca de la costa, en pantanos o en las riberas de los ríos. Pero también en lugares como los desiertos. De hecho, la arena movediza seca se consideró un peligro potencial durante las misiones Apolo. ¡Pueden existir en la Luna y Marte!