A la magistral actuación de Linda Blair en El Exorcista se sumó la del actor Jason Miller, por su papel del padre Damien Karras en la famosa película de terror.
Miller encarnó un sacerdote triste, preocupado por una crisis de fe y con sentimientos de culpa por el fallecimiento de su madre.
A propósito de estos conflictos personales que lo agobiaban, tenía un gran reto al ayudar a la adolescente Reagan a sacar el demonio que se había apoderado de su cuerpo.
Esa tarea fue sin duda un gran reto para el sacerdote, a propósito de sus creencias religiosas. Finalmente salvar a la joven de las garras de diablo le permitió al personaje liberarse de sus conflictos.
La crítica aplaudió la interpretación de Miller, la cual fue calificada de excelente. Incluso por ese trabajo, fue nominado al premio Oscar como Mejor actor de reparto.
Miller, cuyo nombre legal era John Anthony Miller, nació el 22 de abril de 1939 en Nueva York, Estados Unidos, y murió el 13 de mayo de 2001, víctima de un infarto al miocardio a los 62 años en la ciudad de Pensilvania.
Era católico de religión y se dedicó a la actuación desde el año 1973 hasta el 2001, en los géneros drama, terror y cine biográfico.
Miller se destacó además como escritor. Con su obra That Championship Season se hizo acreedor de los premios Tony, NY Drama Critics Circle Award en el año 1972 y el Pulitzer de Teatro en 1973.
El actor siempre se mantuvo activo en el séptimo arte. En 1990 encarnó nuevamente a un sacerdote en El Exorcista III, filme que llegó al cine con escenas que fueron censuradas en países como Australia, Finlandia, Francia, Alemania, Noruega, Corea del Sur, Irlanda, Suecia, Inglaterra y Estados Unidos.
Cuando se comenzó la producción de El Exorcista II, Jason Miller no formaba parte del elenco. Luego, el actor se integró al elenco, aunque ya había comenzado el rodaje.
Por este motivo la parte donde fallece el padre Karras fue escenificada por Brad Dourif. El argumento de los productores fue que querían que en esta tercera historia apareciera uno de los actores de la primera película.
Esta decisión obligó a William Peter Blatty a cambiar algunas partes del guion.