El nuevo año que comenzará en pocas semanas traerá nuevas amenazas que apenas se han empezado a vislumbrar en 2022, como el 'hackeo' del metaverso, los ataques de ingeniería social contra los sistemas de autenticación multifactor (MFA) o la proliferación de vulnerabilidades mediante herramientas de codificación de inteligencia artificial (IA).
Las aseguradoras han sufrido grandes pérdidas desde que empezaron a ofrecer opciones de cobertura frente a la extorsión cibernética, ya que su estrategia inicial de pagar rescates disparó sus costes. Como consecuencia, han empezado a repercutir esos mayores costes en sus clientes y han aumentado significativamente los requisitos técnicos de seguridad que les exigen antes de asegurarlos.
Pero dado que determinados sectores son objetivos más atractivos para los ciberdelincuentes, y las aseguradoras son conscientes de ello, como es el caso de Sanidad, Infraestructuras Críticas, Finanzas y Proveedores de Servicios Gestionados (MSP), los expertos de WatchGuard creen que les obligarán a cumplir normativas más estrictas y a soportar costes más elevados.
En sus previsiones para 2023, también apuntan que algunas aseguradoras incluso adoptarán "listas de proveedores de seguridad aprobados", suscribiendo únicamente pólizas para empresas que utilicen soluciones de seguridad de proveedores concretos.
Fuente EP.