Se trata de uno de los triángulos amorosos más famosos de la realeza. Y quizá, el rey de todos ellos. Y es que ahora, la relación entre la difunta Diana de Gales, el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles (entonces Camilla Parker Bowles) vuelve estar en foco, al ser en una de las tramas principales de la temporada de la exitosa serie The Crown.
Pero si bien las dos mujeres a menudo han sido retratadas como rivales por el afecto de Carlos, tal cual relata la revista Vanity Fair, la verdadera historia de su relación tiene muchos más matices.
Después de haber salido con Camilla antes de su matrimonio con Andrew Parker Bowles, se dice que Carlos mantuvo una aventura con ella hasta 1980. También, que Andrew (que tuvo varias amantes) conocía e incluso aprobaba la relación. Pero luego llegó el romance de Carlos con Diana.
En la biografía de la duquesa de Cornualles, The Duchess: Camilla Parker Bowles and the Love Affair that Rocked the Crown, Penny Junor cuenta que Diana visitaba a menudo la casa de campo de Camilla y Andrew, Bolehyde Manor en Wiltshire, cuando empezó a salir con Carlos en 1980. Por entonces dos mujeres se llevaban bien, incluso que Diana ayudaba a Camilla con sus hijos, Tom y Laura.
Camilla era 14 años mayor que Diana, por lo que no sorprende que la joven de 19 años la buscara como consejera. De hecho, Camilla estaba más cerca de la hermana mayor de Diana, Lady Sarah McCorquodale, con quien Carlos también salió brevemente.
Junor cuenta que Camilla adquirió un papel de hermana mayor y asegura que era un apoyo para Diana cuando ambas fueron a ver al príncipe Carlos competir en las carreras de Ludlow ese año —un día que marcó el debut público de Carlos y Diana como pareja—. Sin estar acostumbrada a las cámaras, Camilla era sin duda una presencia tranquilizadora.
Camilla mantuvo la amistad mientras la relación de Carlos y Diana se convertía en algo más serio. En el libro de Andrew Morton de 1992 Diana: Her True Story, Morton relata que poco después de que la pareja anunciara su compromiso en febrero de 1981 y Diana se mudara a Clarence House, encontró una nota de Camilla en su cama invitándola a almorzar.
Se dice que disfrutaron de una reunión animada en la que charlaron y se pusieron al día. Cuando con el tiempo Diana volvió la vista atrás, le dijo a Morton que después sospecharía que Camilla estaba tratando de averiguar cuándo podría ver a Carlos a solas.
Fue por esta época cuando la amistad entre las dos mujeres comenzó a estropearse. Morton cuenta que Diana comenzó a albergar sospechas sobre Carlos y Camilla ya durante su compromiso.
La futura novia se molestó cuando se enteró de que Carlos le había regalado un brazalete a Camilla, poco antes de la boda real prevista para julio. Estaba grabado con las iniciales G y F, que Diana estaba segura de que era una referencia a los apodos que se dice que Carlos y Camilla se dieron, "Gladys y Fred", en honor a dos personajes de The Goon Show.
Camilla se mantuvo alejada de Diana en los primeros años de su matrimonio. PopSugar informó de que incluso evitó eventos en los que sabía que la pareja real acudiría.
Sin embargo, a mediados de los ochenta, Diana estaba convencida de que Carlos había reavivado la relación con su exnovia. Diana le contó a Morton que apareció sin avisar para sorprender a Carlos y sus amigos en una fiesta de cumpleaños de la hermana de Camilla, Annabel Elliot, en 1989.
Fue allí donde compartió con Camilla sus sospechas, o al menos las insinuó claramente. Diana recordó que cuando Camilla preguntó qué más podía desear la princesa, además de la adoración pública y sus hermosos hijos, Diana le respondió: "Quiero a mi marido".
Las dos mujeres se distanciaron desde entonces, y Carlos y Camilla continuaron su relación cuando su matrimonio con Diana se rompió. Cuando Diana concedió la entrevista en Panorama en 1995, le dijo a Martin Bashir de la BBC: “Bueno, éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco abarrotado”.
Finalmente, fue un año antes, en 1994, cuando Carlos admitió su adulterio en la entrevista con Jonathan Dimbleby, diciendo que el matrimonio se había "roto irremediablemente".
Fuente: revistavanityfair.es