La gira de Aníbal Pachano por los programas televisivos continúa vigente y es entendible: desde que el viernes confesó que tiene HIV, no ha habido ciclo que no se refiera a sus palabras y a su disputa con Graciela Alfano.
Mirtha Legrand fue de las que no se quiso quedar afuera y, para unirse a este estallido mediático, no sólo invitó a a almorzar a su mesa, sino también a su hija y a su ex mujer, Ana Sanz.
Durante todo el programa, la palabra la tuvo Aníbal: repasó lo ocurrido, se refirió a su enfermedad, lloró por su madre y sus amigos fallecidos y volvió a arremeter contra Graciela Alfano: la trató de mala persona y también de vieja.
"Quiero transmitirle a todas las personas que estoy muy bien, no tuve discriminación laboral. Estoy medicado y muy bien de salud (...) Yo sé bien dónde me contagié, con quién y jamás fui a hacer una increpación", contó el artista.
Pero en un momento, como si fuera al pasar, mientras "le seguía dando con un caño" a Alfano, Matías Alé adquirió protagonismo: "Es una persona despechada, cuando uno llega a los 50 años y se enamora de un chico de 22, tiene que tener en claro, como bien dice Moria, que es sólo un touch and go. Pero, cuando perdés el eje y creés que va a ser para toda la vida, por más que te operes, sos una persona mayor", introdujo Pachano, sin mencionar a los protagonistas de su "cuento", pero asentando claras referencias.
Y siguió: "Cuando ella llegó a los 60, el chico (Matías Alé) me dijo acá en la esquina: Estoy desesperado y no sé que hacer. Estoy muy mal, me quiero separar y me están volviendo loco . Y yo en ese momento le dije: andate de ahí . Ahora lo sabés Alfano, yo le dije que se vaya", confesó Pachano.
Así, sin comerla ni beberla, Matías Alé pasó a formar parte de una disputa en la que, día a día, aparecen más damnificados.
Lo más provechoso del caso fue que el público se enteró que no fue Alfano quien dejó al "contador de chistes", sino el propio Alé que, cansado de los berretines de "la señora mayor", habría decidido poner el punto final.