Hubo una época en que llevar puesta una remera de la banda favorita, además de una alternativa al vestirse, era una forma de proclamar al mundo quién es cada uno sin tener que andar gritándolo. Las remeras rockeras, como el rock mismo, tuvieron sus años dorados. Algunos le dictaron el final desde que David Beckham se puso la de The Clash, o que su esposa Victoria -cuando era una de las Spice Girls- subió al escenario con la de los Ramones. Otros le echan la culpa a la hardcore Abril Lavigne que salió en la tele luciendo una de Iron Maiden, demostrando que las remeras ya no necesariamente hablan del que las lleva, sino que se venden porque "quedan bien". Pese a quien le pese, la iconografía del rock se volvió parte indivisible del rubro más mainstream: la moda.
"Vienen chicas a buscar las remeras de heavy metal y no creo que sean metaleras, es todo moda", dice la dueña de un local sobre la calle Rodríguez Peña en Buenos Aires. "Igual, las que más salen son las de rock clásico como Pink Floyd y Los Beatles", agrega y pide que no saquemos fotos. Ni siquiera a esa mini musculosa de Metallica con breteles bordados en plateado que no osaría ponerse un muchacho grandote y tatuado. Claro que esto no sucedió de un día para otro ni por culpa de tal o cual celebrity. Ya se había acusado a Vivienne Westwood y Malcolm McLaren de diseñar a los Sex Pistols, a muchos rockeros de prestarle el look a sus groupies modelos. Toda esta historia está disponible, ahora en un libro.
Según Erica Easley y Ed Chalfa, los años dorados van de 1970 a 1995. Así lo explican en su libro Rock Tease: The Golden Years of Rock T-Shirts, extensamente documentado en imágenes y textos de remeras rockeras. Desde las T -Shirts (o tees, o tease) hechas a mano hasta las que convirtieron en máquinas de hacer dinero a las empresas de merchandising. Porque están en tema: Erica estuvo en el negocio de la publicidad del rock y el tal Chalfa tiene una colección de remeras por valor de 30 mil dólares, además de regentear la famosa casa de ropa vintage Red Light Clothing Exchange de Oregon. Además de la galería que -para desesperación de los fanáticos- muestra la edición limitada en celeste de una de Jimmy Hendrix de 1973 y la cara ultra reconocible del líder de Nirvana, fechada en 1993, impresa sobre remera amarilla, el libro incluye entrevistas a Richard Hell, el diseñador hand made de Television; al guitarrista de MC5 Wayne Kramer y al legendario director de arte de The Ramones, Arturo Vega, entre varios otros.
"Los Ramones son más famosos, pero tenemos una de Blondie y las chicas que la llevan no tienen ni idea quién es", reconoce la empleada de una tienda de la Galería Bond Street. Si The Ramones hoy vende más remeras que discos, el dato podría ser divertido, incluso esperable. Pero no todos piensan lo mismo. "Lo que hubo fue un vaciamiento de ideología. Ahora una modelito de 15 años -que está con Pancho Dotto en Punta del Este- llega y te pide esa remera de punk pero ni sabe quiénes son los Pistols", se queja Julio, dueño del local Cuarta Dimensión Rock de la misma galería, que en la puerta exhibe retratos de Spinetta y demás estrellas de su época de fotógrafo.
Imperdible, también esta colección
Muchos de los que apilan remeras (en su maroría negras) en el placard las compraron en los recitales. En Argentina, Lee-Chi fue pionero en llegarse con el cargamento a cada estadio. El ex Los Brujos, dueño del local más importante del país que cumplió diez años en 2006, y los que lo acompañan vieron todo el fenómeno. Los que van en busca de su ídolo, los que quieren ponerse la de Motörhead con cadenas porque es cool, los chicos que buscan las banditas emo de la temporada: "este año salen las de Green Day, Good Charlotte y My Chemical Romance", todos acuerdan.
La firma A.Y. Not Dead colaboró con el hard rock chic cuando incorporó a Sex Pistols y Ramones en su colección 2004 estampados en remeras irónicamente metalizados; los modelos de Lovers & Fuckers le dan un toque más fashion a los que lucen remeras de The Clash y Black Sabbath; en Fujimoda (Rodríguez Peña 1091), salen mucho las de AD/DC y Poison, para chicas.
Como todo en la moda, pasa. Podría servir de consuelo para los fanáticos enfurecidos, los que cuando dicen "te llevo en la remera" están queriendo decir "te llevo en el alma". Aunque la estética heavy sigue su escalada entre lo más cool, y con razón: llegó a las paredes en Irlanda.