DIGANME, se pregunta Mustafa en vivo.
"El rap es universal. Hay rap en Palestina, en Israel, en China, en Francia. Es como un pibe callejero que se cansó de estar en la misma esquina de siempre y salió a dar vueltas al mundo", dice Mustafá Yoda. Es uno de los MCs más representativos del hip hop local e inaugura el año tocando este sábado en el Teatro Empire, secundado por un grupo de músicos, Los Métricos, que incluye hasta bandoneón. Mustafá, crédito del Barrio Dos Mil ("a 20 cuadras de la estación de Moreno"), dio a conocer masivamente sus rimas filosas en el año 2004, cuando lanzó c on su sello y crew Sudamétrica su primer disco, Cuentos de chicos para grandes, con invitados como Fidel Nadal, Tao Te King, Mester de Juglares, JP Sgaglia y B.A.S. La revista Rolling Stone lo puso entre los mejores 30 discos del año.
Boxeador tozudo de la verba, payador digital, Mustafá hace un stop para recordar los días de 1998, cuando empezó a moldear palabras: "Yo le metí mucho al freestyle, me pulí. En ese tiempo no tenía un referente, éramos un grupo de amigos mediocres que nos creíamos buenos. Hasta me daba vergüenza improvisar un freestyle por la calle". Ahora, prepara dos nuevos trabajos: Metralleta (que sale en marzo y lo tiene rimando junto al MC Soarse Spoken y a DJ Manuvers) y Tormenta en el hormiguero (su proyecto personal, en las bateas en mayo).
¿Cuánto cambió el rap argentino desde que sacaste "Cuentos de chicos para grandes"?
Aquel fue el primer disco independiente bien editado, con buen sonido, producción y booklet. Fue como decirle a toda la escena que se puede, que la fotocopia ya fue. Igual no es que lo hice de un día para el otro, antes estuve maqueteando durante muchos años. Mi edit fue una presión para ir para adelante todos juntos. Lo que más quiero yo es que haya buenos MCs para poder colaborar, sin andar mirando para afuera.
¿Cuáles otros de acá te gustan?
Chili y Apolo Novax, de Koxmoz, Sandoval, Ars Bellum, también hay en la movida underground, como el Brujo. Por suerte hoy hay muchos. Cuando estaba con la Organización, hace años, no teníamos referentes ni internet. Sabíamos qué era el freestyle y la rima en castellano, pero lo teníamos que hacer nosotros. Ahora los pibes tienen 16 años y rapean sin saber por qué. Si les preguntás qué es el hip hop, la mayoría no sabe... Te dicen "un estilo de vida" y nada más.
¿Y qué es para vos?
Yo llevo 17 años en esto, y acabo de cumplir 30. Ya creo que decir "un estilo de vida" me queda medio corto. Para mí es la forma que me hace sentir bien para manifestarme y comunicarme con todo mi entorno. Canalizo todo en esto. Yo tenía esa mentalidad de rapear aunque no sea conocido, pero después te das cuenta de que eso es una mentira, porque cuando agarrás el micrófono, querés rapear para un millón de personas.
¿Cuál es la identidad del hip hop argentino?
Hoy en día está perfilándose a la identidad que tenía el rock en los 80, que fue la que lo hizo fuerte en el habla hispana: lo sólido del mensaje. El rap se está perfilando para ese lado. Nosotros tenemos muchas cosas para contar, no podemos hablar de las zapatillitas y toda esa mierda... Somos argentinos y somos tercermundistas.
¿Y por qué sigue habiendo discordia en la escena?
Somos pocos y nos conocemos mucho, por eso chocamos. Cuando yo empecé en esto ver una firma o un tag era algo re loco... ¡ibas en el bondi y veías uno y tal vez te bajabas a tocarlo! Ahora vas por cualquier lugar, cualquier pueblo perdido del país y ves tags por todos lados: en la Coordillera, en Salta, en La Pampa. Antes, si veía un pibe con pantalones anchos yo lo corría y lo paraba para preguntarle: "¿cómo te llamás, dónde vivís, escuchás rap?". Hoy hay marcas de ropa de rap, hay tiendas y boliches. Nosotros crecimos sin eso. Éramos 25 y nos juntábamos en el Obelisco los sábados a bailar y rapear. Tengo una foto de esos 25 y todos estábamos contentos, riéndonos, pero hoy estamos separados, cada uno por su lado. Si éramos tan felices con poco, ¿por qué ahora que tenemos las armas para ser más fuertes estamos dispersos?
¿Cómo es un día en tu vida?
Por suerte el rap me da para comprarme mis puchos, pagarme el boleto del bondi, tomarme una cerveza con amigos, pero todavía no tengo mi casa, que es a lo que uno aspira. Ojo que tampoco soy muy consumista. Y si me dicen de qué laburo, respondo "hago letras, doy shows y vendo CDs"...
¿En qué momento sale la lírica?
Siempre de noche. Me llevo un anotador y una birome. O con el celular me mando un SMS a mí mismo... ¡que hasta que lo escribo seguro se me pierden cinco rimas! Voy juntando las ideas y cuando llega la noche las vuelco en el papel. Lo difícil de una canción es empezarla y terminarla. Es jodido: empezar te cuesta; terminar, te mata. Paso mis días hablando con mis productores, escuchando rap, ensayando... es que nosotros rapeamos las 24 horas.
Mustafa Yoda se presenta junto a Los Métricos y con Ars Bellum como invitados el sábado 6 de enero en el Teatro Empire, H. Yrigoyen 1934.