Con el correr del tiempo, Ivana Nadal (24) va superando de a poco el mal momento que vivió en marzo de este año, cuando se filtraron varias fotos prohibidas que pertenecían a su intimidad.
Luego de las especulaciones que surgieron, la modelo reveló cómo se viralizaron las imágenes y dio detalles de los sentimientos que se le presentaron en esa dura etapa: “El primer día quería que me tragara la tierra. Pero a medida que fueron pasando los días me di cuenta de que no es todo tan grave. Pero en el momento pensé que no iba a poder salir a la calle porque me iban a tirar con una piedra. Es tanta la violencia que se vive... No porque se estuviera hablando mal de mí, sino por la violencia de meterse en la intimidad de una persona por parte de los medios, por medio del celular, porque se filtró el celular”, reveló en diálogo con la revista Paparazzi.
“Era un caos, no podía salir de eso, no podía pensar en otra cosa ni un segundo, y eso es lo que me ahogó, y pensás que necesitás quedarte encerrada en tu casa un mes. Pero van pasando uno o dos días y te das cuenta de que no es tan así. Y que todas las voces que suenan alrededor tuyo, en su gran mayoría, son de apoyo, así que está todo bien”, agregó.
“Las fotos se las mandé a la persona que hoy en día está saliendo conmigo, Hernán. No somos nada fijo pero fuimos novios muchísimo tiempo, éramos compañeros de primaria, y es una persona de la que jamás desconfiaría. Averigüé y me hackearon el teléfono".
Luego, descartó que el culpable de que se viralizaran sus fotos fuera el hombre a quienes fueron dirigidas: “Se las mandé a la persona que hoy en día está saliendo conmigo, Hernán. No somos nada fijo pero fuimos novios muchísimo tiempo, éramos compañeros de primaria, y es una persona de la que jamás desconfiaría. Averigüé y me hackearon el teléfono”, dijo.
Por último, reconoció estar más alerta tras lo sucedido: “Lo que pasó no me va a suceder siempre porque, en realidad, no lo hago habitualmente. Es un tema de mi intimidad. Lo hice una vez, salió al aire, fue un bajón pero ya está. Le puede pasar a cualquiera que te hagas el vivo una vez y quedás enganchado de esta manera. No va a volver a pasar. Además, aprendí un poco a cuidar mis claves en el teléfono y ese tipo de cosas con las cuales, a veces, te relajás mucho. Se quisieron meter en todos lados. Por suerte, hubo una persona de mi lado que me supo alertar a tiempo, por eso no pasó a mayores”, cerró.