El estadio José María Minella de Mar del Plata fue el escenario de una verdadera batalla campal entre Estudiantes y Gimnasia, los dos equipos que disputaban el clásico platense en el verano.
El Pincha ganaba 1 a 0 pero en el segundo tiempo todo se descontroló y el partido se convirtió en un ring de boxeo -sin eufemismos- en el que jugadores de un lado y otro se trenzaron violentamente, en un triste espectáculo pocas veces visto.
La situación se desvirtuó rápidamente y el partido quedó suspendido, convirtiéndose en uno de los más escandalosos de la historia.
, siempre noticia por sus pasionales comentarios, estuvo presente en el estadio y explotó de furia ante la situación.
"Muchachos, hay que ser guapos adentro de la cancha, les regalamos un gol. Vamos que yo quiero ganar el partido... Jugaron con diez prácticamente en todo el segundo tiempo, ahora se desnaturaliza todo. Entienden la 'guapeza' mal. Acá hay que ser guapo adentro de la cancha, yo les quiero ganar. A mí este circo de que te cagás a trompadas me chup... un huevo. Es una vergüenza esto. Los jugadores de Gimnasia no tienen vergüenza. ¡Mirá cómo se cagan a trompadas! Después me decís a mí, Troglio (DT de Gimnasia)", dijo, entre otros epítetos el relator.
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