En PH Podemos hablar la visita de Luciano Castro hizo que recuerde los momentos más destacados de su vida. Uno de ellos fue cuando conoció la fama de la mano de Jugate conmigo y muchas de las aristas más filosas que trae la popularidad.
“Al Luciano de esa época le diría ‘quedate un poco más quieto, tranquilo, no porque vayas más rápido vas a llegar antes’”, expresó, al ver una foto suya de aquellos años. “Esos eran los noventa menemistas, se ganaba mucho dinero. Yo de un chicotazo empecé a manejar dinero y a estar con gente que, quizás, era muy poco lo que les importaba de mí o nada”, recordó.
“Yo no caigo al entorno porque es uno el que decide. ¡Basta del entorno! A mí nadie me obligó a hacer nada. Todo lo que hice, lo hice porque quise. Le diría a este boludo ‘fijate, nene, este no te quiere’. ‘¿Ganaste ocho? Guardá seis, guardá cuatro’. No gastes ocho. Sé más generoso, pero no en lo material, como humano’. Y le diría de vuelta,'quédate quieto'”, enfatizó el actor.
"En esa época me contenían mucho mis compañeros de Jugate conmigo. Yo era una bomba que podía volar en cualquier momento a donde estuviera".
“Tenía 17, 18 años y yo era muy pibe. Ya vivía solo hacía un tiempo y vivía medio como en una irrealidad. Era como un Rolling Stone devaluado con recorte presupuestario. Era una cosa así lo que vivía, una locura”, relató.
“Te remareás si no tenés unos pilares sólidos. Lamentablemente, te creés que la sabés todas y están los giles que te hacen creer que las sabés todas y si no tenés alguien que te diga ‘esto no es así’, seguro vas a pisar afuera. Y cuando viene alguien que te lo dice, lo limpiás porque a ese no querés escucharlo. Y ese es tu amigo de la vida, es el que te quiere bien y tenés hasta el tupé de decir ‘este me lo dice de envidioso’. Te transformás en un miserable hermoso”, rememoró, súper autocrítico.
"Tenía 17, 18 años y yo era muy pibe. Ya vivía solo hacía un tiempo y vivía medio como en una irrealidad. Era como un Rolling Stone devaluado con recorte presupuestario".
También Luciano destacó el rol que tuvieron sus compañeros, el Chino Fernández y Ana Korn. “En esa época me contenían mucho mis compañeros de Jugate conmigo. Yo era una bomba que podía volar en cualquier momento a donde estuviera. Ellos eran los que me bajaban. El Chino, Anita, ellos eran los que tenían más que ver con mi léxico en Jugate… Me llegaban de una manera más directa, los entendía porque si vos me lo intelectualizabas al conflicto me perdía y no entendía. Si me decían ‘fuiste un boludo, por esto, por esto y por esto’. Vos sabés cuando le erraste y cuando no. En esa época erré un montón”, cerró Luciano Castro, a flor de piel.