Una extraña (y peligrosa) situación del pasado salió a la luz en el diván de Vero Lozano: con motivo de promocionar su último film, La Cordillera, Dolores Fonzi visitó Cortá por Lozano y se sometió a un sinfín de preguntas. Sin embargo, sorprendió con el relato de un hecho que, al no pasar a mayores, se transformó en una anécdota, más allá de la gravedad de la situación.
"Me vino a la mente una anécdota con un taxista. ¿Eso fue verdad?", indagó la conductora, y la actriz asintió, al tiempo que comenzó su relato: "Me gusta esa anécdota por lo bizarra. Me tomé un taxi, eran pocas cuadras y venía cargada (con ropa) porque me iba a un festival. Era plena luz del día. 17 horas. Entonces, yo estaba cargada, me subo al taxi con el pie medio para adelante y el taxista me lo agarra".
"Llegando al lugar, me agarró el pie y me chupó el dedo gordo. Ahí yo dije: 'Pobre hombre, está loco'. Pagué y me fui. La pasé mal. ¿Un dedo gordo? ¡Qué asco! Fue una escena de acoso, rarísimo".
Y continuó, desdramatizando la incómoda situación: "Yo dije: 'Esto no es normal, es raro'. Pero no quería hacer nada porque faltaban pocas cuadras. Las mujeres tenemos que regular que no nos maten en algún momento y pensar cómo hacer para llegar. Yo sentí que eso no estaba bien".
Luego continuó con la descripción del episodio: "Me tiró del pie y me dijo que era reflexólogo. Yo saco el pie y, de repente, me agarra el otro pie y me saca la zapatilla y la media, en un movimiento. Pero faltaban dos cuadras. Yo, con el pie tenso. Era una escena de abuso, un abuso rarísmo. Porque ¿un pie? Vos no lo relacionas con tu cuerpo porque está ahí, al final. Llegando al lugar, me agarró el pie y me chupó el dedo gordo del pie. Ahí yo dije: 'Pobre hombre, está loco'. Y pensé: 'No me lo había lavado, tenía la media no sé qué...'. Pagué y me fui. La pasé mal. ¿Un dedo gordo? ¡Qué asco! Chupalo, me voy, ya está... Hay fetiches con los pies", concluyó Fonzi, minimizando lo ocurrido.