En uno de los desafío de El argentino más inteligente, el programa en el que Jorge Lanata pone a prueba las diferentes inteligencias de los participantes, Mariana Fabbiani fue una de las famosas invitadas que interactuó con los jugadores... ¡y sorprendió con sus relatos"
En el rubro inteligencia social, la conductora de El diario de Mariana debió contar una historia (en total fueron 4) cuyo fin era que los concursantes adivinen si lo que decía era verdad o mentira. Fue allí que Mariana comenzó a hablar: “La primera historia que voy a contar tiene que ver con mi perro Oringo. No recuerdo si él tenía 2 o 3 años cuando, en un momento, se le cae un diente. Como me llamó la atención, lo llevé al veterinario y me dijo que lo que le pasaba no era normal y que lo vigilara porque se le estaba moviendo el de al lado”, expresó en el programa de El Trece.
“Efectivamente se le cae el diente de al lado y yo estaba preocupada porque era como mi hijo. Ante esta situación, el veterinario me dijo que creía que tenía una infección en la boca, por lo que me recomienda a un especialista, un odontólogo de perros que se dedica a este tipo de casos”, agregó.
“La primera historia que voy a contar tiene que ver con mi perro Oringo. No recuerdo si él tenía 2 o 3 años cuando, en un momento, se le cae un diente. Como me llama la atención, lo llevo al veterinario y me dice que cree que tiene una infección en la boca y me comenta que conoce a un especialista, un odontólogo de perros que se dedica a este tipo de casos”.
Luego dio detalles del mal que aquejaba a su querido can: “Llego hasta el odontólogo de perros, hago contacto y el hombre me explicó que mi perro tenía bruxismo (rechinamiento de dientes involuntario que se produce especialmente durante el sueño), como los humanos. Que mi perro apretaba los dientes cuando dormía, mordía mal y esto hacía que se le estuvieran moviendo los dientes, generándole una infección que lo iba a matar… eso me dijo. Tenía mucha coherencia porque me dijo: ‘Hay una infección y la bacteria que tiene puede ir a cualquiera de sus órganos del cuerpo, ahí se le produce una infección general y el perro muere’”.
“Ahí le pregunté qué había que hacer y me contesta que habría que ponerle ortodoncia. La verdad nunca lo había visto. Por supuesto, me costó un poco convencerme, media hora, no mucho más. Me costó porque era carísimo, porque había que dormirlo y ponerle los aparatos fijos de metal para que los tenga durante 6 meses. Con eso, no se le iban a caer más los dientes y no iba a morder más porque se le iba a corregir la mordida”, continuó.
“Llego hasta el odontólogo de perros, hago contacto y el hombre me explica que mi perro tenía bruxismo (rechinamiento de dientes involuntario que se produce especialmente durante el sueño). Ahí le pregunto qué había que hacer y me dice que habría que ponerle ortodoncia".
Por último, cerró: “Después le retiré los aparatos fijos y no tuvo nunca más un problema. Tampoco nunca más se le cayó un diente. El odontólogo es un genio, a mi entender. La plata fue bien invertida y hoy mi perro está vivito y coleando”.
Con 3 votos a que era una historia verídica, contra uno que opinó que se trataba de una ficción, el encargado de dar a conocer el resultado levantó el pulgar para arriba como signo de que todo lo que dijo Fabbiani fue cierto.
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