La llamaron “menuditis” y fue una fiebre latinoamericana que se expandió desde fines de los setenta hasta principios de los noventa por todo el globo. La banda era Menudo (¿Ricky Martin les suena?) y su alma mater era un ambicioso productor y manager llamado Edgardo Díaz.
Él puso el nombre de Puerto Rico enlazado a un conjunto de nenes que bailaban y cantaban, y que tarde o temprano abandonaban la maquinaria con la salida de los primeros bigotes. También él fue quien consiguió llevarlos hasta el mismo corazón de Hollywood: una foto de Michael Jackson junto a ellos en los Grammy de 1984 es la prueba.
Edgardo Díaz es encarnado por el actor Yamil Ureña en Súbete a mi moto, el nombre de la serie biográfica de la banda que estrenó el gigante Amazon Prime Video. La ficción es el caballito de batalla de la empresa en la actual guerra de servicios de streaming. En manos del actor de origen puertorriqueño quedó toda la espesura dramática de un hombre complejo.
"Como actor uno nunca juzga su personaje. Entonces, desde mi punto de vista de mi trabajo en la industria, mi entrenamiento como actor, traigo mucho a la mesa".
¿Es Edgardo Díaz el genio que posicionó lo latino en Estados Unidos y que inventó el concepto 360° para teens con el combo de música+cine+ televisión+radio+álbum de figuritas+club de fans+vinchas+etc? ¿O era el jefe de un sistema perverso con menores de edad trabajando horas imposibles listos para ser descartados al minuto siguiente?
Sonriente, como salido de una propaganda de pasta dental, Yamil Ureña dialoga desde Los Ángeles con Ciudad y analiza el fenómeno que viene teniendo la serie y las grandes repercusiones. No por nada su rol es comparado con el de Óscar Jaenada como Luisito Rey, el padre/villano de Luis Miguel que tomó fama internacional por la serie del cantante. Porque en la larga historia de Menudo hay canciones pegadizas, vestuarios coloridos y hasta una telenovela en Argentina con Adrián Suar y Pablo Rago. Pero una palabra se repite y tiñe todo. Abuso.
Yamil sabe que un personaje como el suyo en Súbete a mi moto es el sueño de cualquier actor y para él, formado en Nueva York y metido en la “jungla” de la gran industria del entretenimiento, un trampolín único. Menudo está atravesado en la identidad latina. Chayanne fue parte de una banda similar llamada Los Chicos, Luis Miguel rechazó unirse al grupo porque “siempre quise cantar solo”, México copió el modelo con las bandas Magneto y Timbiriche, de las que salieron Thalía y Paulina Rubio, e incluso Los Parchís fueron sus “primos lejanos” de España.
"No encontraban al actor que iba a interpretar a Edgardo Díaz. Yo mandé mi audición por la mañana y por la tarde me estaban avisando que el papel era mío. ¡Tan Rápido!".
“Aquellos que solo quieran ver la leyenda negra de Menudo que lo hagan, pero, créanme que lo malo fue mucho menos que lo bueno. Y lo bueno, fue épico”, dice Edgardo Díaz en la piel de Ureña. Abuso laboral, explotación, violencia física y lo que más tardó en salir a la luz, abuso sexual. “Él me vió y se enamoró de mí”, confesó Roy Roselló, exintegrante de la agrupación y actual pastor evangélico en Brasil, en el programa Ventaneando de la TV mexicana a fines de octubre.
Tenía 12 años cuando Edgardo Díaz lo reclutó y, según dijo, los abusos se repitieron durante todo su tiempo en el grupo. Dijo que su madre le rogó para que acepte una oportunidad que ningún nene pobre de la isla podía rechazar. Que era obligado a dormir en la misma habitación de hotel que Díaz en cualquier punto del mundo donde se hospedaran y que en su vida tuvo cinco intentos de suicidio. “Era un pedófilo”, expuso, sin vueltas, y prometió llevarlo a la Justicia de Estados Unidos donde este tipo de crímenes no prescriben.
"Si me hubieren dicho si quería estar en Menudo creo que no hubiera tenido la valentía de audicionar. Por eso he tratado siempre este tema con mucho respeto y porque hacer este trabajo, sobre todo cuando uno es un niño, puede ser complicado".
Consciente de la responsabilidad de un personaje como el suyo, el actor puertorriqueño se desmarca de la polémica. “Esta historia la vivieron ellos. Yo con mucha delicadeza me quedo a un lado porque no soy quien para decir nada. Esto le pertenece a ellos y a las fans”, afirma, y celebra que la serie sea un disparador para poner luz a un debate que nunca estuvo más vigente que hoy. Y así aparece en la conversación con el boricua el arduo camino del artista, las dudas que traen los "no", la visibilidad de los latinos en un mercado central como el estadounidense. El apoyo de la familia, los sueños de un niño que soñaba grande, su amor por nuestros churrascos y hasta las elecciones presidenciales.
-¿Cómo se da tu arribo a esta serie tan ambiciosa de Amazon Prime Video sobre la historia de una banda tan exitosa como Menudo?
-A través de un casting. Hoy en día se están haciendo muchos show cases y, en esta ocasión, ellos no encontraban al actor que iba a interpretar a Edgardo Díaz. Yo mandé mi audición por la mañana y por la tarde me estaban avisando que el papel era mío. ¡Tan rápido! Siempre digo que las cosas se tienen que dar cuando se tienen que dar, pero sobre todo uno tiene que prepararse porque yo llevo más de 10 años que vivo de esto y estaba listo. Tal vez a otra persona esta situación le hubiera intimidado un poco porque el proyecto es muy ambicioso y el personaje no solo es complejo, sino que hay tantos elementos que tiene esta producción, pero llegué decidido a dejarme fluir. El actor es como una pieza dentro de un rompecabezas, así que yo llegue, fluí y dejé que ese increíble equipo de trabajo hiciera conmigo lo que hicieron.
"Uno hace su búsqueda, trata de entender y verle ambas caras de la moneda y al final del día con mi interpretación le dejo al público que tome esa decisión. Yo respeto de los ex Menudo".
-Esta es la historia de un montón de nenes de Puerto Rico que tenían el sueño de la fama, ser artistas, cantantes, actuar. ¿Cómo esto se vincula con el del niño Yamil, quien seguro tenía un deseo similar?
-Yo creo que sí se relaciona con mi niño, creo que todos soñamos con ser artistas o estar en el mundo del entretenimiento y esa inquietud internamente la tenía. Yo empecé a estudiar piano desde muy joven, eso me ayudó hoy en día a tener un buen oído, pero lo dejé. Si me hubieran dicho si quería estar en Menudo creo que no hubiera tenido la valentía de audicionar. Por eso he tratado siempre este tema con mucho respeto y sobretodo admiración a todos los Menudo, porque hacer este trabajo, sobre todo cuando uno es un niño, puede ser complicado. En lo personal, mantener una carrera en la industria puede ser sacrificado y en el caso de los Menudo, que entraron con tanta ilusión y muchos de ellos ya a los dos o tres años, e incluso algunos solo uno, salían de la agrupación y tenían que volver a su vida normal y no sabían cómo continuar, es algo muy difícil.
"Yamil si es diferente a Edgardo. Siento que con los niños hay que tener mayor comunicación, más compasión y más entendimiento".
-La serie trabajó con muchos actores infantiles para darles vida a todos los integrantes que pasaron por Menudo, como Ricky Martin. Y uno de los temas polémicos que toca la serie es cómo trabajaban, la cantidad de horas a las que estaban obligados por Edgardo Díaz.
-En el caso de nuestros niños, que fue una de las cosas que mas aprendí de la serie y es que por Menudo habían pasado mas de 33 integrantes, nosotros teníamos alrededor de 39 niños. La dinámica fue interesante porque todos sabían cuando era su ultimo día de grabación, pero no significaba que era más fácil decirle ‘te vas, hasta aquí llegó, vete’. Desde ese punto de vista, Yamil si es diferente a Edgardo. Siento que con los niños hay que tener mayor comunicación, más compasión y más entendimiento porque en esta industria tú te montas y las cosas se mueven rápido, pero llegan también altos y bajos.
"Yo decidí ser actor, para poder interpretar este tipo de personajes y contar ese tipo de historias. Donde haya un punto de vista de compasión, pero que sea real y algo que abra conversaciones".
-Las denuncias más fuertes sobre Edgardo Díaz se reflotaron hace un par de días cuando Roy Roselló, un exintegrante de Menudo, volvió a ratificar unas declaraciones que había tenido unos años antes. Dijo que él había sido abusado sexualmente por Díaz desde los 13 años y durante todo su tiempo en la banda. La serie esta contada desde la perspectiva del manager.
-Como actor uno nunca juzga su personaje. Entonces, desde mi punto de vista de mi trabajo en la industria, mi entrenamiento como actor, sí traigo mucho a la mesa y un entendimiento y una experiencia por los que puedo ver el texto y el lenguaje escrito con tanta precisión porque está basado en hechos reales. El guion se corroboró con Edgardo Díaz, pero también con fans, con Ricky Meléndez que es el exintegrante que más estuvo en la agrupación y con Joselo Vega, quien hoy en día sigue trabajando con Ricky Martin. Entonces son temas delicados que uno como actor tiene que tener presente.
"Fue un sueño conocer a uno de mis ídolos y comprobar que el carisma y la sencillez le brota por lo poros. Es genuinamente así en privado como frente a la cámara".
-¿Cómo trajiste esos temas, con toda la complejidad que tienen, a la ficción?
-Uno hace su búsqueda, uno trata de entender y verle ambas caras de la moneda y al final del día con mi interpretación le dejo al público que tome esa decisión. Yo respecto de los ex Menudo, no puedo opinar de ninguno, porque esta historia no me pertenece. Esta historia la vivieron ellos. Qué bueno que puedan expresarse y compartir sus vivencias. Todo en la vida, no solo Menudo, todos los seres humanos tenemos una vivencia y una percepción diferente, entonces sí es importante que se le dé el espacio, que se les respete. Yo con mucha delicadeza me quedo a un lado porque no soy quien para decir nada. Esto le pertenece a ellos y a las fans.
"Me han comparado con Oscar Jaenada, que hace el papel del padre de Luis Miguel en la serie".
-A Edgardo Díaz lo han llamado por su nivel de influencia como el “Harvey Weinstein latino” y tu trabajo interpretándolo me recordó al de Darren Criss en American Crime Story: el asesinato de Gianni Versace porque la historia, más que la de este diseñador famoso, está contada desde la perspectiva del asesino.
-Gracias por la comparación con Darren Criss, ojalá algún día pueda trabajar con él. También me han comparado con Oscar Jaenada, que hace el papel del padre de Luis Miguel en la serie, y es por eso es que yo decidí ser actor, para poder interpretar este tipo de personajes y contar ese tipo de historias donde haya un punto de vista de compasión, pero que sea real y algo que abra conversaciones. El lograrlo es una victoria después de tantos año de sacrificio y como actor siento que es un capítulo nuevo en mi carrera.
-Otro actor de la serie sobre Versace fue, precisamente, Ricky Martin y vos lograste conocerlo.
-Yo recuerdo a Ricky en Puerto Rico cuando estaba en el concierto de Livin' la vida loca y él se deslizaba en el escenario y para mí era y sigue siendo muy grande. Tiene un alma genuina, pura. Tuve la oportunidad de compartir brevemente un momento con él cuando estuvo en su tour en Las vegas y fue un sueño conocer a uno de mis ídolos y comprobar que el carisma y la sencillez le brota por lo poros. Es genuinamente así en privado como frente a la cámara. Es una inspiración y un ejemplo a seguir.
"Al principio fue un shock en mi casa por cambiar la medicina por las artes, pienso sobre todo por la inestabilidad que hay en esta carrera".
-Ricky empezó su carrera desde muy temprano, ¿tus padres te apoyaron en tu decisión de ser artista?
-Mis padres siempre me llevaban a mis clases de música, yo me acuerdo que andaba con mi piano portátil, iba a casa y allí era "¡OK, silencio todo el mundo, Yamil va a tocar!". Pero yo siempre decía que quería ser doctor, inclusive con la especialidad. Quería ser cardiólogo pediátrico, porque siempre me han agradado los niños, siento que hay que velar por ellos, por su inocencia, te ayudan a crecer y a entender y a ver la vida desde otro punto de vista. Sin embargo, descubrí que la creatividad era más, quizás en la vena corría esa parte artística que nadie en mi familia la ha perseguido. Y al principio fue un shock en mi casa por cambiar la medicina por las artes, pienso sobre todo por la inestabilidad que hay en esta carrera.
-¿Te decían "mi hijo se va a morir de hambre"?
-¡Nooo! "¿Quieres que te enviemos a la escuela de actuación? ¿Qué hace uno en una escuela de actuación? ¿Existe? ¿Qué es eso?" (risas). Después tuve la suerte de poder ir a grandes escuelas y enfocar mi carrera como si fuera ingeniero o abogado. Es una profesion, una carrera que te ayuda a crecer, ahora mismo en esta entrevista puedo estudiarte, ver la manera cómo reaccionas, es bien interesante. Me ha tomado tiempo llegar a donde estoy, porque quería estar preparado y hacer un buen trabajo.
"Nunca había votado por correo. Afortunadamente el centro de votación está cerca de donde vivo. De eso se trata la vida, de aprender y expresar tu derecho".
-En Súbete a mi moto se habla de la llegada de lo latino a la gran industria estadounidense. ¿Cómo fue tu historia de inmigración a los Estados Unidos?
-Toda mi familia es originalmente de República Dominicana, incluso hasta mi hermano mayor. Yo nací y me crié en Puerto Rico, pero todos los veranos y las navidades las pasábamos en República Dominicana. Tengo familia en la ciudad de Nueva York y en el estado de Florida y desde joven siempre he sido bastante aventurero. A los 15 años, una prima me llevó a Nueva York, y si bien la condición de mis papás era que estuviera con mi familia allá, yo me iba solo en un tren y me pasaba de casa de un familiar a otro. Cuando decido mudarme a Nueva York para formarme en la actuación y la producción, sí recuerdo que fue un proceso normal en el sentido que era aventurero, pero estaba consciente de que era un gran paso. Y recuerdo que yo miraba por la ventana del avión y decía "Yamil, si tu sientes que tienes que regresar a Puerto Rico, que no va a funcionar, no tengas miedo, sé honesto contigo y por lo menos lo intentaste” (se emociona). En tantos años han habido situaciones de frustración, de duda, pero siempre te llega algo para que sepas que estás en buen camino. Yo era el único latino en mi clase de actuación en Nueva York, éramos 45, y no sabía mucho inglés, entonces los retos eran muchos. Me decían “eres buen actor, pero aquí no va a haber trabajo para ti”. Y yo no sé si por perseverante o por testarudo, pero lo bloqueaba.
"Estoy soltero, pero no soy un monje. Imaginate, estoy en la pandemia, encerrado. ¡Cuidandome! Disfruto del momento, sé que pronto va a llegar alguien a mi vida".
-¿Había hostilidad en tu escuela de Nueva York?
-Había de todo un poco, como lo hay en la vida. Fue una bendición estar en ese programa de actuación, conseguí amistades de toda la vida. Sabía la responsabilidad de esa vida, aunque jamás pensé que se iba a dar de esta manera, porque yo lo visualizaba, pero en ese momento no habían tantas oportunidades. Con Amazon Prime Video nos están permitiendo contar nuestras historias, poniendo a los latinos al frente. Me preparé para algo que no estaba, pero que confié que iba a llegar. Es algo que hay que celebrar
-¿Estás en pareja?
-Nooo. Imaginate estoy en la pandemia, encerrado. ¡Cuidándome!
-Sos un monje.
-No, un monje, no (risas). Hay que cuidarse. Estoy soltero en este momento, disfrutando el momento, sé que pronto va a llegar alguien a mi vida y mientras tanto sigo construyendo mi carrera y mi futuro y compartiendo las experiencias que he tenido porque los latinos tenemos el talento y las historias. Cuando se dan estas oportunidades uno tiene que seguir alzando la voz y creciendo y uniéndose para poder sobresalir. En la industria están pendientes de que viene algo de allí, que está gustando, que la gente habla mucho, se están dando cuenta que los latinos queremos nuestras producciones y podemos hacer algo de calidad.
"Yo era el único latino en mi clase de actuación en Nueva York. Me decían 'eres buen actor, pero aquí no va a haber trabajo para ti'. Y yo no sé si por perseverante o por testarudo, pero lo bloqueaba".
-¿Conocés Argentina?
-Me encanta el churrasco (risas). En cuestión de carnes, me encanta. No he tenido la oportunidad de visitar Argentina, ni de ningún otro país de Latinoamérica. Tal vez esa era mi esperanza, que con este proyecto pudiéramos ir de tour, pero estoy haciendo uno en tiempo actual, un tour estilo Menudo, pero virtual. Espero que cuando las cosas mejoren pueda ir.
-Estás viviendo actualmente en Los Ángeles. ¿Cómo se vive ahí esta pandemia?
-La pandemia es fuerte para el mundo, nos tomó por sorpresa, no estábamos preparados. En mi caso, pensaba embarcarme en un próximo proyecto, pero la industria se paralizó. Varias personas de mi familia en Nueva York fueron afectadas por el virus, afortunadamente sobrevivieron, pero conocemos amigos que han fallecido. Hay que protegernos, saber que valemos y sobre todo cuidar nuestra salud mental. Esta es una situación que nos ha puesto a prueba. A veces la salud mental se trata haciendo sentadillas o yoga, que me ha permitido mi desarrollo como persona. Entonces no hay excusas, hay que empezar con 5 minutos al día y ayudarnos internamente. Es importante que si necesitamos ayuda no tengamos miedo en llamar a un amigo, a un familiar, a un profesional si es necesario.
-¿Votaste en las elecciones?
-Ya voté, es un deber más que nunca por lo que se está viviendo. Nunca había votado por correo. Afortunadamente, el centro de votación está cerca de donde vivo, así que siempre iba, pero aprendí que en Los Ángeles el voto te llega por correo todos los años. Es tu opción si tu quieres enviarlo o ir en persona. De eso se trata la vida, de aprender y expresar tu derecho.