Mayormente asociamos la falta de sueño con el insomnio que acarrea problemas como la presión arterial alta, obesidad y una reducción en su expectativa de vida. Pero, según una investigación de Satoshi Kanazawa y sus colegas de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, las personas con un alto coeficiente intelectual tienden a ser más activos a la noche y duermen más tarde.
En definitiva, los más inteligentes duermen menos y aquellas personas con un coeficiente menor prefieren ir a dormir temprano y ser madrugadores.
Pero ojo, no todo es color de rosa. Las personas que duermen menos son menos fiables y más propensos a sufrir depresión, adicciones y trastornos alimenticios.
¿Sos de quedarte despierto hasta tarde o preferís dormir temprano?