Metió la pata, y eso está claro. Con humor, ironía o todos los justificativos que se le quieren atribuir a sus declaraciones, el mediático más mediático dijo algo que no tenía que decir.
"Trabajo de noche, vendo putas. Le doy alegría al corazón y al pene", fue la frase que pronunció hace algunos días en "Mañaneras" y que desató la indignación de algunos legisladores y una denuncia de la diputada Gil Lozano (Coalición Cívica), que lo acusó de proxeneta. "No puede ir por los programas diciendo que vende putas. En la Argentina está prohibido, y por eso yo le voy a iniciar una causa y va a tener que ratificar o rectificar lo dicho. Y si lo ratifica, y se aplica la ley como corresponde, tiene que ir preso", dijo la congresista.
A este argumento se sumó también Pino Solanas, quien asentó: "Si la idea fue decir que regentear este tipo de trabajo es un hecho alegre, es lamentable". En consecuencia, y para plantear una defensa de su propia persona, Jacobo regresó al programa conducido por Paula Trapani y Karina Mazzocco, y expuso su descargo: "La verdad es que estoy muy mal, y quiero aclarar que yo hablé con ironía y voy a decir la verdad porque no le tengo miedo a nadie. Yo hace 20 años que no me dedico a esto. Yo no exploto mujeres, no vendo mujeres. Hice una joda", explicó.
Terminado su primer alegato, la panelista Mercedes Ninci señaló que "no había sido una joda, sino apología de delito", e hizo explotar a Winograd. "Yo no tengo esclavas, yo no soy proxeneta. Porque en vez de ocuparse de mí, no se dedican a sacar leyes para que no haya más hambre en el país. Esta vez hice una joda, y me salió mal", concluyó un agitado Jacobo.
De ahora en más, entonces, quedará esperar si con esta rectificación basta para librarlo de culpa y cargo, o si será sometido a una investigación.