Se trata de un parche de testosterona que se coloca sobre la piel y está dirigido especialmente a mujeres con bajo deseo sexual, ausencia de libido o menopausia quirúrgica.
Si bien no tiene que ver con la famosa pastilla azul que emplea parte del sector masculino, se le ha llamado "viagra femenina" porque apunta a iguales resultados: realzar las ganas de hacer y tener una exitosa performance sexual.
Su uso ya fue aprobado por los 25 Estados de la Unión Europea y se comercializa en Francia, Alemania y Reino Unido. La aceptación llegó al mercado después de un intenso debate social y médico por considerarlo como revolucionario en la vida sexual de las mujeres.
Con el parche de testosterona se demuestra la necesidad de poner más atención al sexo femenino, cuando generalmente se le dio mayor protagonismo a la imposibilidad del hombre en este terreno.
La ausencia de deseos por diferentes motivos, provocan baja autoestima, angustia, ansiedad y pérdida de calidad en las relaciones de pareja, por lo que es esta una muy buena noticia para las mujeres de todo el mundo que buscan una mayor satisfacción personal en lo sexual.
A corto plazo
La testosterona es una hormona sexual que se produce en los ovarios y glándulas suprarrenales, desempeñando un papel clave en la excitación sexual y el orgasmo.
El parche, de tamaño pequeño y transparente, es de fácil colocación en el abdomen y debe ser utilizado dos veces a la semana. De esta forma, libera una dosis baja de testosterona derivada de las plantas, idéntica a la que se encuentra en el organismo femenino, repercutiendo en forma directa hacia mejoras en disfunciones sexuales.
Se conocerá bajo el nombre de Intrinca y si bien es diferente al Viagra, sus comparaciones son inevitables. Mientras que la segunda produce en el hombre una respuesta más inmediata y se toma algunas horas antes de una cita, el parche transdérmico necesita mucho más tiempo de actuación.
Si bien sus primeros efectos empiezan a notarse a la cuarta semana de aplicación, para un resultado absoluto se requiere de unos seis meses y sólo podrán ser recetados por ginecólogos, endocrinólogos y expertos en trastornos sexuales femeninos.
Los ensayos clínicos realizados hasta el momento revelan una buena tolerancia y respuestas muy satisfactorias. Sólo resta esperar su aterrizaje en nuestro país... Enhorabuena!
Fuente consultada: Agencias/esmas