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Gerardo Sofovich: "Rial no tiene ternura en el alma"

"¿Por qué en una época donde se muestran cosas mucho peores en "otros programas" se asombran porque vos le das de comer en la boca a una mujer", preguntó con una ingenuidad inaudita Luis Bremer a Gerardo Sofovich. "Porque no sabe lo que es un gesto de ternura, él (por jorge Rial) no tiene ternura en el alma".

De ésta manera, el conductor de "La noche del domingo" trató de quitarle trascendencia al video que utilizó el conductor de "Intrusos en el espectáculo" para dar a entender que Sofovich le estaba siendo infiel a su flamante esposa, Sofía Oleksak.

El arma de Sofovich para defenderse del nuevo ataque en la eterna guerra que tiene con Rial se basó en decir de principio a fin que en "Intrusos en el espectáculo" son todos mentirosos. No negó lo innegable, pero refutó los pequeños detalles que sirvieron como para adornar la historia.

Por ejemplo, mientras que en América decían que Sofovich y "la misteriosa señora G" se había ido en el mismo auto, Sofovich desmintió esto argumentando que se habían mostrado imágenes de él y su amiga subiendo a dos autos diferentes, ambos por la puerta del conductor.

Otra de las cosas en las que el productor teatral puso énfasis fue en afirmar que su mujer está en Disney, con sus hijos, por lo que es mentira que ella haya hecho declaraciones en un portal de noticias del espectáculo, inclusive sería mentira que haya mandado al periodista al demonio, como para decirlo de un modo políticamente correcto.

La tercera desmentida de Sofovich se refirió a los supuestos aprietes que llevó a cabo a lo largo del fin de semana para que el video no vea la luz.

Mientras tanto, Canosa intentaba que su amigo salga indemne de éste ataque preguntándole trivialidades como qué comieron esa noche (sólo como para acotar, ella salmón rosado y él ostras) o si discutía mucho con Sofía, su mujer.

Contrario a otros rounds de la pelea entre Sofovich y Rial –más allá del video en cuestión- ésta vez no abundaron los exabruptos, los gritos, las amenazas. Si hubo acusaciones cruzadas, cosa necesaria en toda pelea. Y ésta, que no es la excepción a la regla, promete ser un asalto más entre los dos pugilistas del espectáculo, que hasta no hace muchos años se trataban como compadres.

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