La promesa era no arrancar la nota destacando el brillo de sus ojos. "¡Tu puedes!", desafió Inés, con más convicción y ternura que el mítico Tu-Sam. Inés es Inés Efrón, una de las actrices con mayor proyección del cine argentino, que cuenta que a los 14 años quería ser publicista pero no se dio. También que quería conocer gente y por eso mismo se anotó en un curso de teatro. Tampoco se dio: "Llegué y éramos cuatro, me deprimí un poco". Quizás en su cabeza retumbó el "Tú puedes", y eso la motivó a intentarlo al año siguiente, esta vez en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Eran veinticinco: la cosa cambió.
Efrón empezó haciendo teatro con Lola Arias, reconocida directora teatral del under. "No me hizo ningún casting, ella confió en mi", cuenta. "Poses para dormir" y "Temporariamente Agotado" fueron sus bautismos en las tablas, bajo la dirección de Arias. "Me convertí en su actriz fetiche", sonríe. Actriz fetiche es un término que le cabía bien y que, cosas del destino, la acompañaría en la pantalla grande. "Entre directores y actores siempre hay una seducción implícita, un enamoramiento".
Ese enamoramiento del cual habla se dio con Lucía Puenzo, que la eligió para protagonizar junto a Ricardo Darín y Valeria Bertuccelli la premiada "XXY". "Apenas Lucía me dio el guión dije yo quiero hacer este personaje ". Ese personaje era Alex, un hermafrodita. Inés se considera, sin soberbia, una actriz con mucha percepción. "Ya con ponerme la ropa del personaje me alcanza". Lucía volvió a confiar en ella al darle uno de los protagónicos en "El niño Pez": "Fue muy dura de hacer, sentí que no pude sacar lo mejor de mí", se sincera. También cumplió el sueño de trabajar con Lucrecia Martel (en "La Mujer Sin Cabeza") y con Daniel Burman (en "El Nido Vacío"). "Me gustaría volver a cruzármelos en una filmación para aprovecharlos más. Son directores a los que admiro mucho".
Jura que su familia sufre con sus papeles. "Qué fuerte Inés...Ya no hagas papeles tan duros", le dicen cuando ven sus películas. Resulta que la nena, justamente, no elige papeles livianos. Sin embargo, le gustan las historias simples. Y con eso logró identificarse. "Amorosa Soledad", ópera prima de Victoria Galardi y Martín Carranza, es su última aparición en la pantalla grande. Última y casi permanente. Salvo dos escenas, Inés se carga a babuchas una historia mínima. Soledad, su personaje, es amorosa. Inés también: "Tengo algunas cosas de ella, pero no soy así".
Inés da una imágen de mujer tímida, pero sorprende con una frase vanidosa: "Me encanta hablar de mi". ¿Cómo sigue su vida? Filmará en San Martín de los Andes "Cerro Bayo", dirigida por Vicky Galardi. "Mi personaje es hermoso, es una historia bonita. Me gusta eso". Historias bonitas.
Cuando se le dice que sus ojos iluminan ella retruca que no va a hablar de eso. Pero el mate cocido da derecho. "Sueño con tener una familia y cocinarle a mis hijos", comenta. ¿Y la carrera? "No sé, vivo con la idea de hacerme creativa en el vacío de vivir", contesta ella, bastante compleja para ser tan simple.