Suzie Grogan, de 47 años, es una mujer que al haber sido diagnosticada de cáncer de mamá decidió que quería vivir cada día como si fuera el último, pero se el asunto se le fue de las manos.
Los médicos le dijeron que tenía cáncer en el 2006, al mes le hicieron una mastectomía y luego quimioterapia y, por último, radioterapia. Mientras tanto, debía hacerse chequeos generales.
Ante esta situación, la mujer pensó que estaba más cerca de la muerte que de la vida y se dedicó a darse todos los gustos. Recién se dio cuenta de todo lo que había gastado hasta que le dijeron que ya estaba bien de su enfermedad.
"A la mañana siguiente (del día que le dieron la buena nueva) me levanté sin pensar en el cáncer por primera vez en dos años. Algunos de los gastos pueden parecer un poco tontos, pero eran para darle ánimo a toda la familia. Todo había sido tan horrible mientras yo estaba con el tratamiento".
Los gastos
. En sólo doce meses ella y su esposo Peter gastaron una fortuna: casi 18 mil dólares en días festivos, más de 24 mil en mejoras en el hogar, la misma cantidad que en autos nuevos, casi 3 mil en un segundo casamiento y más de 5 mil en Navidad, según relata el Daily Mail.
Tampoco se privaron de pasear por el mundo. Primero, realizaron un viaje a Devon, después
visitaron Lichenstein, Barcelona, Colonia y Roma. Un recorrido que les costó varios miles de dólares.
En total, darse todos los gustos y vivir como si fuera el último día le costó una cifra que ronda los ¡80 mil dólares!
Al tratar de justificar su accionar, Suzie dijo a la prensa que tiene una personalidad muy ansiosa (algo que es evidente) y el cáncer y el tratamiento empeoraron esa situación: "Me estaba comportando como una ganadora de la lotería, a excepción de que... nunca había ganado la lotería".
El derroche de dinero se detuvo de golpe cuando llegaron las buenas noticias para la salud de Suzie, pero no para el bolsillo familiar.
Ahora, la pareja -que tiene dos hijos- dijo que debe tener dos empleos para poder subsistir.
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