"Era el primer recital de su vida", dice su mamá. El sábado, Rubén partió hacia Liniers lleno de entusiasmo. Llevaba la entrada del recital en el bolsillo. Todo estaba listo en el estadio de Vélez para el esperado regreso de Viejas Locas. Rubén estaba colmado de expectativa porque la del Pity es una de sus bandas preferidas. Sin embargo, aunque llegó a la puerta nunca entró al show y hoy permanece en coma en un hospital.
Todo parecía normal mientras él y sus amigos hacían fila para ingresar al estadio sobre la avenida Juan B. Justo. Pero a eso de las 9 de la noche el ambiente empezó a enturbiarse.
Un aluvión de fanáticos sin entradas pugnaba por ingresar en el acceso a la cancha y la llegada de la Policía no se hizo esperar. Hubo gases lacrimógenos, golpes y corridas. La calle, las paredes y, sobre todo, muchos de los fans quedaron teñidos con pintura azul lanzada desde un camión hidrante. Unas 30 personas resultaron heridas y otras 40 fueron detenidas.
Los incidentes cesaron, el recital terminó, pero Rubén de 17 años, no apareció hasta 16 horas después. Fue encontrado a cinco cuadras de la entrada principal a la cancha. Estaba tirado debajo de un puente, inconsciente y con un fuerte golpe en la cabeza.
El joven está en coma y con asistencia respiratoria mecánica debido a una "fractura a nivel del cráneo" que compromete seriamente al cerebro. "Estamos luchando por su vida" señaló la doctora del Centro Gallego donde está internado y subrayó que "la realidad es que está muy grave".
Las versiones sobre las causas de los golpes y las heridas son cruzadas. La Policía dice que el joven cayó de 7 metros cuando intentaba ingresar al recital trepando un muro ubicado en la parte trasera del estadio. En tanto, los amigos y familiares niegan por completo esa hipótesis. "Él tenía la entrada en la mano, es imposible que se haya querido colar", aseguró una tía del chico para quien "resulta muy extraño que haya sido un accidente".
"Las lesiones de mi hijo son de la terrible represión", dijo el padre. Y agregó que Rubén tiene marcas de "pintura, balas de goma y bastonazos".
En la puerta del Centro Gallego, donde su amigo está internado, Ezequiel y Claudio concluyeron apenados: "Fuimos todos juntos y nos íbamos a volver todos juntos. Lamentablemente no se pudo".
La vuelta de , con incidentes, en