La promiscuidad puede ser una buena estrategia de sobrevivencia. No queremos chistes, pero en el reino animal siempre que el macho visite a varias hembras tendrá más chances de reproducirse. Para las hembras en cambio la ecuación es inversa: el costo de la reproducción (embarazo, lactancia, etc) es alto, entonces debe elegir al mejor candidato posible. La serpiente roja es un buen ejemplo de esta conducta. Incluso, para hacer el trámite más efectivo, arman orgías y forman grandes "pelotas" de víboras apareándose.
Los monos son famosos por sus sesiones de masturbación. Algunos animales hasta son capaces de ejecutar autofelatios. Sin salir de la civilización .
Se sabe que la homosexualidad también sucede entre animalitos. Más de 470 especies la practican. Existen, por ejemplo, trabajos documentados acerca del lesbianismo entre las gaviotas que incluso comparten el nido y protegen juntas a las crias. En el New York Central Park encontraron a una pareja de pingüinos gays que trataban de empollar una roca, hasta que les dieron un huevo y así nació su primer hijito.
El transexualismo, que parece algo complicado, sucede en algunos peces. Cuando dos hembras Gobi se juntan, una de ellas cambia de sexo y se convierte en macho. Raro, pero tienen esa facultad. Suele suceder en especies de movimientos lentos o a las que por algún motivo les resulta difícil encontrar a otros individuos de su misma especie.
La violencia y el bondage también intervienen en el sexo animal. La mantis religiosa comúnmente arranca de un mordisco la cabeza del macho después de aparearse y son famosas por eso. Las arañas macho suelen tener problemas con las hembras, que son mucho más grandes que ellos y capaces de comérselos, así que las atan gracias a técnicas complicadísimas que hasta implican hacerse pasar por muertos y entonces sí, logran tener sexo con ellas.
Está bueno para ir teniendo en cuenta, cuando pensamos que algunos comportamientos son "antinaturales"...