Para Hernán Brienza todo empezó en 1997, cuando tenía 26 años. Había ido a entrevistar a la célebre bruja de Menem y luego de las preguntas se animó a contarle que tenía ganas de escribir una novela sobre la búsqueda del Santo Grial en la Argentina. "Tal vez estés menos equivocado de lo que pensás", le advirtió ella. "El Santo Grial está en la Argentina", lo sorprendió el esposo de la bruja, que escuchaba a la distancia.
Ese es el punto de partida de "Los buscadores del Santo Grial en la Argentina", el libro que acaba de editar Sudamericana y que no es una novela, sino una investigación periodística que recoge lo más bizarro pero también la flor y la nata de una pesquisa que le quita el sueño a unos cuantos argentinos.
Brienza ―subeditor de la sección Culturas del diario Crítica, columnista del programa "Tarde o temprano" de Radio Nacional, licenciado en Ciencia Política― hurgó entre anticuarios, páginas roídas y leyendas escondidas en la web; y también entrevistó a templarios, filotemplarios y rosacruces, portadores de aparentes verdades tan disímiles como fascinantes (y que hacen quedar al Indiana Jones de "La última cruzada" como alguien que se equivocó de fiesta).
¿Está el Santo Grial cerca del Uritorco? ¿Lo protege un fuerte antiquísimo más allá de la Península Váldez? ¿O lo guardan en algún lugar del Uruguay? Brienza siguió todas las pistas y lo cuenta en una crónica despojada y minimalista, que se destaca en los estantes que el género periodístico ocupa en nuestro país. "Como en toda investigación, uno siempre es juguete del objeto que está investigando", dice él. "Uno es esclavo de su propia búsqueda, por lo tanto, más en estos casos en que realidad y mitología se confunden, siempre sentí que la búsqueda me llevaba a mí de un lado a otro".
¿Qué búsqueda te dio mejores resultados? ¿La de la calle o la de las bibliotecas?
A mí me interesaba personalmente más la búsqueda teórica que la práctica. Pero creo que las pistas prácticas le dan vida al libro, las entrevistas con las personas que buscan actualmente el Santo Grial en la Argentina, enriquecen, ya sea por lo interesante de los discursos que elaboran o por lo bizarro de sus creencias, le dan una fuerza al libro que la investigación teórica no podía dársela.
¿Pensaste en algún momento que podías dar con el Santo Grial durante esta investigación? Nunca pensé que podía encontrarlo, pero si lo hubiese encontrado seguramente habría brindado con vino Syrah, la misma cepa que se cultivaba en Palestina en el siglo I, a la salud de Jesús, de María Magdalena y de sus muchachos...
¿Se podría decir que este libro no habla tanto del Santo Grial sino de nosotros, los argentinos?
Creo que habla de cierta patología argentina de creer que somos el faro del mundo y el futuro de la humanidad. La existencia del Santo Grial en la Argentina está en acuerdo con el tema de los cuatro climas. Es una gran humorada, pero lo peor es que si uno hace una punteo sobre en qué países podría estar el Santo Grial, no quedan muchos países más beneficiados que este por la naturaleza: ¡No lo dude, el Santo Grial está en el Argentina!
Por último, ¿qué cara hay que poner cuando a uno le dicen que el Santo Grial está en la Argentina?
Hay que poner la cara que ponen todos los que están vinculados al tema: cara de "Yo sé muchas cosas que vos no vas a poder saber jamás"...