El británico Ben Southall se hizo acreedor de 150.000 dólares australianos (105.000 dólares estadounidenses), esa será su paga por el concurso denominado y su labor será tomar el sol, pasearse por las playas vírgenes, navegar en barco y escribir cada semana en un blog con fotos y videos de su experiencia.
El concurso fue lanzado en plena crisis económica mundial por la Oficina de turismo de Queensland en el marco de una campaña destinada a preservar su industria turística: un contrato de seis meses para convertirse en el celador de la isla de Hamilton, un rincón paradisiaco en la Gran barrera de coral.
El joven Southall, trabajador de una organización caritativa, que habían sido seleccionados entre las 34.000 candidaturas recibidas por los organizadores. El afortunado, que se hospedará en una lujosa residencia con pileta y cancha de golf, debia cumplir el requisito de ser un buen nadador, con facilidad para comunicarse y capacitado para leer y escribir en inglés.
"De vez en cuando esa persona tendrá que hablar con los medios de comunicación de lo que ocurre en la isla. Los candidatos, en consecuencia, no deben ser tímidos, les debe gustar el mar, el sol, las actividades al aire libre", insistió el primer ministro de Queensland, Paul Lucas. "El hecho de que se les pague por explorar las islas de la Gran barrera de coral, nadar y bucear, lo convierten en el mejor trabajo del mundo", añadió.