Las chicas tomando sol sobre el pasto, los chicos bronceados con rastas, el río y las tablas de windsurf ofrecen una imagen poco habitual en Buenos Aires. Es que en Acassuso el aire es diferente y el ambiente relajado invita a disfrutar. La calle El Cano alberga las escuelas que enseñan deportes acuáticos: windsurf, kitesurf y kayak son algunas de las actividades que se pueden aprender.
Una de las escuelas es El Ombú, donde los instructores profesionales Marcos Galván y Juan Martín Arguello enseñan día tras día que el windsurf es un deporte que cualquiera puede aprender.
En el año 85, con 14 años, Marcos Galván recibió una tabla con vela para navidad. Sin conocimientos se animó a subirse y comenzó a aprender, se dio cuenta que el deporte lo apasionaba y comenzó a navegar todos los días para poder ir mejorando. Gracias a ese esfuerzo en los años 97 y 98 llegó a ser el número tres del mundo y el mejor de América en el 99. "No es un deporte tan masivo con lo cual si uno le pone garra puede llegar a tener un muy buen nivel, no es lo mismo que ser futbolista que uno tiene dos millones de chicos haciendo lo mismo con lo cual se hace muy difícil llegar, acá todo eso es mucho menor", reconoce Galván.
Luego de los años de éxito, en el año 2004 sintió que su carrera profesional estaba finalizando y decidió que era el momento de transmitir toda esa experiencia a los demás. "Me planteé la idea de ponerme una escuelita y lo conseguí. Con sólo 4 ó 5 tablitas me vine a El Ombú y empecé a laburar yo solito hasta que me fui perfeccionando en el tema. Hoy podemos tener una flota importante de tablas y velas, todo 2008/2009. Además, pude incluir un ayudante de primera como es Martín Arguello con la idea de seguir creciendo y ser los mejores".
¿Qué es lo que se necesita para empezar a practicar?
Con los equipos que hay ahora y con lo avanzado de la tecnología y de la técnica hoy puede aprender windsurf casi cualquier persona, obviamente si estás excedido de peso o estás entrado en edad te va a costar un poco más pero windsurf podrás hacer perfectamente.
¿Desde qué edad se puede empezar a practicar?
Te diría que desde los 7 u 8 años, es más que todo por una madurez mental y no motriz, es importante la madurez mental por una cuestión de concentración. Los chicos necesitan comprender las reglas, y aprender y para eso necesitan de una concentración que se obtiene a partir de los 6, 7 años.
El principal beneficio del windsurf es que es un deporte muy completo en cuanto a los trabajos del sistema muscular y uno debe hacer fuerza desde los abdominales lumbares a las piernas, y ni hablar de los brazos y los dorsales de la espalda. Además, no hay límites de edad: en el último campeonato argentino compitieron profesionales de 78 años (!).
Pese a lo miedos de la gente a la hora se lanzarse al agua el windsurf no es un deporte peligroso. "Hay que tener sus recaudos y por eso es importante siempre tomar clases y aprender en una escuela de la mano de profesionales. Por supuesto que cuando uno se enfrenta al agua, al viento y a la naturaleza hay riesgos pero si uno toma los recaudos necesarios se vuelven casi nulos", reconoce Galván.
¿Es costoso iniciarse?
No, hoy un curso te sale 300 pesos y lo podes disfrutar muchísimo, a eso sólo habría que sumarle algún alquiler y en un mes ya se puede estar en el río disfrutando a pleno. Hay equipos desde 500 dólares en adelante, es sólo una inversión inicial y no se necesita tener el mejor equipo para poder practicar.
Según Galván el deporte está creciendo a nivel guarderías. "Que haya más gente que se acerque hace que las empresas privadas presten más atención, pero es muy difícil que alguien pueda empezar a competir gracias al apoyo de privados", admite Galván.
Martín Arguello, instructor de la escuela y windsurfista desde 1999, es uno de esos pocos beneficiados gracias al sponsoreo privado. Desde hace 4 años la marca de salvavidas y accesorios náuticos Aquatic apostó a él para que pueda llevar adelante su carrera y continuar progresando.
¿Cómo son las clases?
Las clases van desde cero para esa persona que no sabe absolutamente nada ni del agua ni de la navegación hasta a chicos que están corriendo regatas, y esa es la principal diferencia de nuestra escuela con las demás. Al ser nosotros buenos competidores podemos dar clases a alguien experto también. Inclusive Martín (Arguello) es un muy buen navegante de olas con lo cual cubrimos también esa variante.
"Después de la primera clase uno puede estar navegando", afirma Galván. "Con una clase de 60 minutos y condiciones buenas uno puede ir y volver en el agua, pero tener independencia con su propio equipo recién con un curso de 5 o 6 clases"
"Lo importante para nosotros es darle importancia al alumno y sus demandas porque nuestro objetivo es que haya cada vez más gente", resume Galván.
PARTES DEL EQUIPO
TABLA:
Quilla: es la aleta que se encuentra debajo de la popa, ayuda a mantener el rumbo
Orza: es la aleta sumergida en la mitad de la tabla, ayuda todavía más a mantener el rumbo, es rebatible, es decir se puede elevar para poder derivar con mayor facilidad si así se requiere.
Foot straps: donde se fijan los pies.
Pie de mástil: une el mástil a la tabla.
APAREJO:
Mástil: palo donde se coloca la vela.
Botavara: se atraviesa al mástil, se toma con la mano y permite maniobrar, timonear el mástil.
Driza: cabo para subir la vela.
Boom straps: cabos fijos a la botavara para enganchar el arnés.
Arnés: es una especie de cinturón (cintura o asiento) que permite colgarse del aparejo y usar el peso de nuestro cuerpo.