El sonido precario y simple de una guitarra con la áspera voz de Manson suena más crudo cuando el reproductor es nada más ni nada menos que una computadora. Como si la tecnología saliera a relucir los precarios métodos de grabación que goza Charles desde su celda, con un contraste imposible de evitar. Es que sí, amigos, lanzó su último disco, , donde muestra una parte de su infinito y diminuto universo en la prisión, y que además se puede bajar gratis por Internet.
Son 16 canciones folk atravesadas por un sonido carcelario de muy mala calidad y algunas introducciones del mismo Charles: eso podría ser una acotada definición del disco. Pero One Mind no es el primer álbum de Manson, sino que el "honor" lo tiene Lie. The Love and Terror Cult, grabado en 1970 para costear su defensa en un juicio que duró nueve meses y que finalmente lo condenó a cadena perpetua por conspiración en el asesinato de Sharon Tate, famosa actriz y mujer del director Roman Polanski.
El disco fue grabado en 2005 en la propia celda de Manson en la prisión estatal de Corcoran, California, de forma rústica con sólo su guitarra, una grabadora y su voz. No sólo hay canciones simples e improvisadas, sino también abundan los mensajes y las poesías. Varias a veces a lo largo del álbum suenan de fondo los altoparlantes de la cárcel y también se pueden escuchar conversaciones de otros presos a lo lejos. Incluso en una de las canciones Manson es interrumpido por otro preso que le pide un cigarrillo.
El asesinato de Sharon Tate ocurrió el 8 de agosto de 1969, cuando la actriz -embarazada de ocho meses- cenaba en casa con cuatro amigos: Abigail Folger, Jay Sebring (famoso peluquero de estrellas de Hollywood que además era dealer), William Garretson y Voyteck Frykowsky. Todos fueron brutalmente torturados y masacrados por miembros de la secta de Manson, conocida como "La Familia".
Fanático de los Beatles a tal punto de creer que eran los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, Manson reinterpretó el sentido de la canción Helter Skelter -que busca transmitir una sensación de caos- y algunos temas del White Album, como una especie de anuncio del fin del mundo: los afroamericanos iniciarían una guerra civil contra los blancos, de la que saldrían vencedores. Más tarde, incapaces de gestionar su victoria, buscarían el consejo de "La Familia", únicos blancos supervivientes a la catástrofe.
No sólo sensacionalismo despertó el caso en la opinión pública, sino también un asomo de debate sobre la maldad inherente a esta sociedad. En especial, cuando Manson declaró en el juicio: "Yo no he matado a nadie. No he ordenado que maten a nadie. Esas criaturas que van por ustedes con sus cuchillos son sus hijos. Yo no les enseñé nada; lo hicieron ustedes". Casi cuarenta años después del horror, Manson es un ícono de la insanidad y sólo puede predicar su mensaje aterrador y bizarro desde una celda de la que no va a salir.