El 7 de agosto de 1995 la televisión argentina estrenaba Chiquititas, creación de Cris Morena, se convirtió en un fenómeno cultural que atravesó fronteras, vendió millones de discos y llenó el Gran Rex temporada tras temporada.
Treinta años después, su magia sigue intacta: los niños del orfanato de Rincón de Luz aún habitan la memoria de quienes crecieron soñando con ese lugar donde todo era posible.
Algunos de sus protagonistas, como Celeste Cid, Agustina Cherri, Felipe Colombo, Luisana Lopilato o Benjamín Rojas, continuaron su camino en la actuación y se consolidaron como figuras de la industria.
Otros, en cambio, eligieron alejarse del mundo mediático y construir su vida lejos de los escenarios. Sin embargo, todos comparten un mismo punto de partida: haber sido parte de un fenómeno que unió a miles de chicos bajo una misma melodía.

QUÉ ES DE LA VIDA DEL ELENCO DE CHIQUITITAS
Valeria Rocío Díaz, quien interpretó a Delfina, decidió retirarse de la actuación a fines de los noventa. Se casó con el exfutbolista Julio Arca y se instaló en Inglaterra, donde formó una familia. A pesar de su bajo perfil, el público la recuerda con el mismo cariño.

Daniella Mastricchio, la inolvidable Sol Rivera, atravesó momentos difíciles tras su paso por la serie, pero encontró en la música una nueva forma de expresarse. Hoy compone y canta, y suele compartir en redes su costado más humano.

Otra de las figuras recordadas es Nadia di Cello, quien participó en Chiquititas durante seis años. Tras enfrentarse a una etapa de crisis personales y profesionales, logró reconstruirse y regresar al teatro. “Todos tenemos segundas oportunidades”, confesó en una entrevista reciente.

Diego Mesaglio, el querido Corcho, también logró reinventarse: continuó actuando, dio clases y superó un accidente que afectó su visión, convirtiéndose en un ejemplo de fortaleza.



Jimena Piccolo y Georgina Mollo, parte del elenco original, siguieron caminos distintos pero igual de inspiradores. La primera se dedicó a la docencia y al arte con perfil bajo, mientras que Georgina se volcó al diseño de indumentaria y más tarde volvió al teatro, reencontrándose con su primera pasión.




