Vivir en Beverly Hills es un sueño para muchos, pero si además se trata de una residencia con historia ligada a la música y al cine, la atracción se multiplica. Esa casa existe y durante años perteneció a Ricky Martin, quien la convirtió en su hogar en la época de mayor fama internacional.
Hoy la propiedad volvió a salir al mercado y lo hace con un precio impactante. Tras haber sido listada en US$75 millones, ahora se ofrece por US$49,9 millones, una cifra que sigue siendo astronómica pero más accesible dentro del exclusivo mundo de las propiedades de lujo en California.
La mansión no solo es famosa por haber pertenecido al ídolo latino. Antes de Ricky, también fue hogar del actor británico Michael Caine y de la familia de Doris Day, ícono indiscutido del cine clásico estadounidense.
Ricky Martin vendió la residencia en 2006, cuando ya se encontraba en la cima de su carrera gracias a éxitos como Livin’ la Vida Loca o La Copa de la Vida.
Sin embargo, su paso por la casa dejó huellas imborrables, al punto de que muchos fanáticos la recuerdan como el escenario de una de sus etapas más intensas y brillantes.
CÓMO ES LA CASA
La propiedad se encuentra protegida por portones altos y rodeada de un camino arbolado que garantiza la privacidad total de sus habitantes, algo esencial para las celebridades.
Su interior es tan imponente como su exterior: cuenta con seis habitaciones, doce baños, amplias salas, comedor, cocina equipada y espacios de servicio.
A esto se suman jardines, huerta, piscina con spa, cancha de tenis, estacionamiento para más de veinte vehículos y hasta una casa de huéspedes independiente, todo pensado para combinar lujo, confort y sofisticación.
La agencia Compass, especializada en propiedades premium, es la encargada de llevar adelante la operación. La reducción de casi 25 millones de dólares no solo responde a una estrategia comercial, sino también al interés de cerrar un acuerdo en el corto plazo. En definitiva, lo que se ofrece no es solo una casa, sino un estilo de vida exclusivo y la posibilidad de vivir en un espacio cargado de recuerdos de grandes nombres del espectáculo.