El extenso monólogo en el que Laura Fidalgo le cortó el rostro sin piedad al misterioso Marcelo González era suficiente para dejar en claro que estaba sola, pero el beso del final en el merengue sugirió que tiene mucha pasión por canalizar. La bailarina profesional tuvo una deslucida performance en el ritmo caribeño de Bailando y ,con los 22 puntos que sumó, quedó al filo de la sentencia.
Como bien apuntó Soledad Silveyra, la morocha debió moverse al son de la versión de Mi niña bonita remixada en cuarteto, lo que complejizó la coreografía. La precisión técnica y las sonrisas no lograron revertir la falta empatía para batir bien el merengue, ni siquiera cuando Fidalgo le comió la boca a su compañero.
Lo mejor para Laura Fidalgo, paradójicamente, llegaría al final cuando le dio rienda suelta a su incontrolable locuacidad. "Si no tengo referencias, no es amigo de alguien, no me dan ganas de salir a cenar y hablar. Tengo que tener una previa, haberlo visto, charlado o que me digan cómo es el hombre. ¿Pero por WhatsApp? No", se sinceró la bella y requerida participante de ShowMatch.