La noche del viernes 6 de junio comenzó con Wanda Nara (27) yendo a buscar a Valentino (5), Costantino (3) y Benedicto (2) a la casa de Maxi López (30) en Puerto Madero, acompañado por su esposo, para que sus hijos participen de la boda con Mauro Icardi (21). Al delantero de la Sampdoria (quien no seguiría en el club a partir de julio) no le gustó nada que su ex se presentara en su propia casa de Puerto Madero con su otrora amigo, pero puso su mejor cara de poker para evitarles el disgusto a los chicos.
Al día siguiente, se concretó la fastuosa boda. Y el domingo llegaría el escándalo, con denuncias cruzadas: de Maxi contra Wanda por "impedimento de contacto" y de Wanda contra Maxi por "violación de domicilio". Como presagiaban las fotos que tomó la revista Caras dos días antes, la tensión se sentía en el aire.
Es que la fecha de casamiento cayó dentro del tiempo que le correspondía a López con sus hijos, aunque el goleador surgido de la cantera de River fue permeable al pedido de su ex y le permitió que los tres varones participen de la fiesta. Sin embargo, cuando el domingo los chicos debían volver con el padre para seguir sus vacaciones hasta el 20, Wanda adujo que la niñera estaba enferma, que por ese motivo no les podía dar a los chicos y la batalla judicial sumó más fojas.