Jimena Barón se diferencia del perfil de botinera que se la pasa de shopping en shopping, sale a la mañana con tacos altos e hiper maquillada y ostenta riqueza.
En vez de eso, la actriz, que dejó todo para , cuenta las ricas recetas que prepara en su hogar y admite que le ha costado vivir sin trabajar.
Barón, frente a las críticas de Wanda: "No te conozco y no hablo de gente que no conozco. Felicitaciones por el casamiento, a mí no me interesa casarme, nunca me llamó la atención pero celebro por los que lo hacen”.
Entre algunas de esas confesiones en una entrevista para Personajes.tv, Barón lanzó una frase que despertó la pica con Wanda Nara. “No sos la típica Wanda”, le tiró la periodista Fernanda Iglesias, y ella respondió: “No, al contrario, hay cosas de las botineras que me dan vergüenza. Por suerte, Dani también es así y entonces los dos nos cagamos un poco de risa de la situación”.
La futura esposa de Mauro Icardi se hizo eco de las declaraciones y lanzó su bronca en Twitter. “Cuando me nombren será porque me tienen presente. A esas botineras juntadas yo ni las conozco. No soy Botinera enganchada con hijos, soy ESPOSA”, se diferenció poniendo énfasis en el matrimonio (ella va por el segundo) y en la identidad de "esposa", como si ambas cosas fueran un valor en sí mismo.
Barón no se quedó callada y le contestó. “Si lo decís por mí yo hable de las botineras que conocí en los lugares donde estuve. No te conozco y no hablo de gente que no conozco. Felicitaciones por el casamiento, a mí no me interesa casarme, nunca me llamó la atención pero celebro por los que lo hacen”, comentó.
Luego se refirió a la pregunta que despertó su declaración. “Citó tu nombre la periodista y mi respuesta fue esa porque compro ropa en Zara y H&M y me da calor la gente que chapea con lujos europeos, cosa que hacen el 80 por ciento de las mujeres que conocí”.
Wanda no contestó más pero escribió un sugerente tweet. “Cuando tu vida es tan bella, no tenés tiempo de mirar ni opinar de la de los demás... Tiempos de calma y AMOR”, escribió.
¿Quedó claro? Estilos… ¡opuestos!