"Después del parto de Antonia me sentía una teta. Había entrado como en estado psicótico: sin horarios ni formas. Fue una gran crisis que superamos con mucho diálogo”.
A los 43 años, Verónica Lozano (43) admite sus fortalezas tanto como sus miedos. Entre esas inseguridades y dudas se encuentra la posibilidad de tener un segundo hijo, tras ser mamá de Antonia (4) junto a su pareja desde hace 7 años, Corcho Rodríguez (52).
En una extensa entrevista con la , la conductora de AM mostró por primera vez Yellow Rose, la chacra de Punta del Este (donde Susana Giménez, ex de Corcho, grabó parte de la nueva apertura de su programa), se sacó fotos junto a Antonia y habló de la maternidad. “Estoy grande para el Reumosan y la teta. Tal vez deba ser más lúdica. Más allá de la cuestión física, pienso en la capacidad mental. ¿Qué pasa con los tiempos de dedicación? Porque me gusta disfrutar lo que hago. Miro a Antonia y digo: ‘¿Cómo hace Maru Botana?’ ‘¿Qué pasará con el laburo?’ Porque quedás anulado por un año. ¿Y con la pareja? Después del parto de Antonia me sentía una teta. Había entrado como en estado psicótico: sin horarios ni formas”, comentó.
Frente a tantas preguntas, Lozano reveló que Corcho le dice que se anime, pero que ella lo prefiere dejar librado al destino. Luego, agregó que no fue sencillo afrontar la crianza de Antonia: “Fue una gran crisis que superamos con mucho diálogo. Por un lado quiero volver a ser mamá y por otro me entra el vértigo… ¡Ya no queda mucha changüí!”.
“El sexo es vital y móvil, como el sueldo. Hay que saber correr la ternura materna, sacar el putón y navegar la ola".
De todas formas, Lozano considera otra opción contra el paso del tiempo y los miedos. “También estamos considerando la adopción: un acto de amor maravilloso. Me ofrecieron un bebé a través de mi FanPage. ‘Sé que serías la mejor mamá para mi hijo’. Y le contesté de inmediato: ‘Valoro el elogio pero con la mejor persona que podría estar tu hijo es con su mamá’. Nunca más volvió a escribirme”.
Al hablar del amor maternal, Vero también tocó un tema que lo atraviesa. "El sexo es vital y móvil, como el sueldo. Hay que saber correr la ternura materna, sacar el putón y navegar la ola. Y a mí me encanta cambiar el switch. Hoy disfruto el sexo mucho más. Siento que conecto mejor", confesó, aquella mujer libre e histriónica que acompaña a la audiencia todas las mañanas.