Pese a tener un cuerpo escultural, Victoria Xipolitakis (28) decidió hacerse una liposucción y desató la polémica. Por eso, Desayuno Americano fue en búsqueda de la vedette para que diera su explicación sobre el porqué de la cirugía.
"Me incomodaba. Ya había dejado de usar remeritas ajustadas, cortitas".
"Me saqué entre 2, 5 ó 3 litros de grasa de la pancita, abdomen, cintura y espalda. No quiero decir que la lipo se la tenga que hacer una persona obesa, hay flaquitas que son flacas pero tienen adiposidad localizada en la panza, que fue mi caso", indicó la vedette. Y agregó: "Estoy re conforme con el resultado. Me saqué lo que ya no me gustaba. Me incomodaba. Ya había dejado de usar remeritas ajustadas, cortitas. Y yo, lamentablemente, vivo de mi cuerpo. Y si había algo que me incomodaba me cuerpo, le tenía que buscar una solución".
Luego, trató de analizar por qué llamó tanto la atención su decisión y el debate desatado: "Yo creo que se generó tanto revuelo porque vieron a una persona bien físicamente y pensaron que fue una locura y a mí me trataron como si fuera una loquita y el doctor, un chanta. Del doctor se dijeron un montón de estupideces, él es un re profesional y yo me sentí tan bien con él. Haciendo lipos creo que él es el mejor".
"Más de una vez lloré cuando tenía esa panza porque me quedaba mal el vestido. No quería estar sufriendo y la única solución fue entrar a un quirófano".
Y explicó su sorprendente visión al respecto: "Cuando me veía desnuda, siempre metía la panza para adentro. Me estaba sintiendo yo incómoda, ni haciendo gimnasia se me iba esa panza, tenía que volver a adelgazar todo lo que había aumentado. No soy adicta a las cirugías".
Además, detalló las veces que se sometió a una operación o que realizó algún procedimiento estético: "Mi única operación fueron las lolas y ahora esta segunda. Sí me hice retoquecitos en la cara, pero de belleza. Yo creo que la tele es imagen y yo soy más coqueta que nadie. Me teñí de rubia, me puse un poco de bótox y carillas (en los dientes) pero son cosas de coquetería. Es la segunda vez que entré a un quirófano, no me gusta y no lo comparto".
Por último, indicó: "Mi familia me entendió porque ya conocían esa grasita que tenía. Más de una vez lloré cuando tenía esa panza porque me quedaba mal el vestido. No quería estar sufriendo y la única solución fue entrar a un quirófano".
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