El escándalo estalló con el nacimiento de Diego Fernando, el hijo de Verónica Ojeda y Diego Maradona, pero nadie imaginó las esquirlas que se desprenderían. Con la llegada del nuevo integrante de la familia, se descubrieron muchas verdades latentes, como por ejemplo, la confirmación de la separación del ex futbolista con su pareja desde hacía ocho años.
"No estoy embarazada. Estoy recontra feliz con Diego. Todo esto fue repentino y no me lo esperaba", confesó Rocío.
Pero la más explosiva e inimaginable fue que Diego estaría rehaciendo su vida amorosa con una chica de 22 años, llamada Rocío Oliva. Y para completar el culebrón, se rumoreó que, incluso, estaría embarazada del ex futbolista. El dato de color: la joven tiene casi la misma edad que su hija mayor, Dalma, y juega al fútbol… ¡en River!
Con el rumor instalado, el lunes Pía Shaw, periodista de AM, se comunicó con la nueva protagonista de esta novela, pero Oliva jugó al enigma cuando le preguntaron por la versión de dulce espera: "No te puedo responder eso", contestó.
Sin embargo, la revista encontró a Rocío saliendo de su casa en Bella Vista, y mantuvo un diálogo que despejó las dudas. “No estoy embarazada, pero estoy recontra feliz con Diego. Todo esto fue repentino y no me lo esperaba”, confesó la joven, que vive con sus padres, Mónica y José, y su hermano, Luciano, en el partido de San Miguel.
Según la publicación, la pareja se conoció en el verano de 2010 en una fiesta privada en el hotel Hermitage y, a fines de 2012, Diego la invitó a Dubai para pasar una romántica luna de miel de casi 30 días. Para conquistar su corazón, el ex futbolista le envía ramos de rosas con tarjetas dedicadas y, además, le regaló costosas carteras a su suegra y una remera de Boca autografiada a su suegro.
Algo similar le dijo Rocío a Santiago Zeyen, notero de AM, el martes 26: "Estoy muy enamorada de Diego, pero no estoy embarazada", fue la respuesta que consiguió el periodista vía , cuyas imágenes se verán en el ciclo mañanero de Telefe en la edición del miércoles.
No hay embarazo. ¿Seguirá el amor?