(53) rompió el silencio tras su divorcio de (41). El galán es la tapa de la última edición de GQ, donde además de ser parte del número especial de la moda primavera-verano, se refirió a su alcoholismo.
"Bebía demasiado. El alcohol se convirtió en un problema", aseguró el actor, del que había trascendido su adicción por un pedido de su exesposa, para que se comprometiera con un tratamiento de rehabilitación para poder ver a sus hijos. "No recuerdo ni un día desde que salí de la universidad en el que no hubiera estado bebiendo o me hubiera tomado algo", confesó. "Cuando formé mi familia detuve todo, excepto el alcohol. Incluso este último año estaba bebiendo demasiado. Se había convertido en un problema", se lamentó.
En la entrevista, Pitt reconoció que la separación de Angelina lo sumió en la depresión, tanto que decidió abandonar su mansión de Los Ángeles para irse a vivir a la casa de su amigo, el director David Fincher: "Era muy triste estar aquí al principio, así que fui y me quedé en el piso de un amigo, un pequeño bungalow en Santa Mónica", reconoció.
"Tengo una bodega y me gusta mucho el vino, pero lo he dejado", siguió Brad, que reconoció que ahora solo bebe jugo de arándanos y cuenta con la ayuda de la terapeuta matrimonial y de familia Katherine Woodward-Thomas: "He pasado por dos psicólogos hasta encontrar la correcta", aseveró Brad Pitt, que en las últimas fotos se lo ve más delgado que nunca.