El miércoles por la noche, Juana Viale volvió a ser el centro de las miradas en el estreno para prensa y famosos de La Celebración, a pesar de tener un rol secundario en la pieza. Tras una apendicitis, la nieta de Mirtha Legrand retomó la actividad y la producción de la obra decidió “re-estrenar” (15 días después del debut oficial) con invitados especiales.
"Viale-Valenzuela no son amantes de brindar entrevistas sobre su vida íntima pero, ¿qué otro punto de interés podían tener estos dos personajes para los ciclos televisivos convocados?"
El jefe de prensa de la obra, Tommy Pashkus, fue el encargado de citar a los programas chimenteros a cubrir el evento. Al llegar, varios se sorprendieron por la presencia (poco usual) de vallas que se interponían entre figuras y cronistas. El segundo “chan” de la velada fue la aparición de Carla Peterson, actual “amigovia” de Martín Lousteau, detonador del escándalo madre. Y la tercera bomba, fue la presencia del periodista Luis Ventura, dispuesto a entrevistar a la díscola pareja.
Terminada la obra, en medio del aplauso final, Peterson salió corriendo de la sala para evitar respuestas a preguntas incómodas. Por su parte, Juana y Gonzalo intercambiaron facturas con Ventura, a través del vallado protector (¡¡¡vaya a saber de qué!!!). Ya es sabido que Viale-Valenzuela no son amantes de brindar entrevistas sobre su vida íntima pero, ¿qué otro punto de interés podían tener estos dos personajes para los ciclos televisivos convocados?
Más allá del debate de los límites del periodismo, la invasión a la privacidad, y la predisposición de los famosos, lo que quedó absolutamente relegado a un enésimo plano fue el hecho artístico. Desde que trascendió la conformación del elenco, las vidas mediáticas de los galanes chilenos y sus bonitas parejas argentinas pasaron al centro de atención. Por “ventura”, sea este un favor que se le haga a la producción, ya que las actuaciones de los telegénicos intérpretes (V y V) dejan bastante que desear.
Durante la función, se aprecia la falta de idoneidad para representar textos oscuros, intensos y dramáticos, que sólo los buenos actores pueden sortear cabalmente. La buena ventura esta vez no los acompaña y La Celebración queda inconclusa…