Intenta tener constantemente una sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, no siempre lo logra. A veces, las emociones desbordan a Pampita (41). Más de una vez, intentó disimular su malestar. Nunca lo logró. Cuando está triste, se le nota. También, cuando se siente muy feliz.
Se autodefine como una mujer muy sensible, transparente. Le gusta mostrarse auténtica. Más alla de la opinión ajena, jamás se le ocurriría ocultar sus sentimientos.
"Soy muy sensible, no tengo un escudo para protegerme. No sólo los recuerdos tristes pueden hacerme llorar, también lo hago siempre que evoco momentos felices de mi vida. Yo soy feliz cuando estoy con mis hijos tomando mate una tarde, o cuando a la noche voy a acostarlos y se ríen”, expresó en diálogo con la revista Gente.
¡A pura lágrima!