Hace varios meses atrás, el famoso físico británico Stephen Hawking advirtió que nuestro hogar, la Tierra, podría estar condenado a su fin debido al fuerte crecimiento de la población mundial, que se duplica cada 40 años, según sus estudios.
“El crecimiento exponencial no puede continuar en el próximo milenio. Para el año 2600, la población estaría hombro con hombro, y el consumo de electricidad haría que la Tierra brille al rojo vivo. Eso es insostenible”, reveló Hawking, quien lidió hasta sus últimos días con una enfermedad neurodegenerativa.
Stephen consideró que el límite físico para el crecimiento, obligará en un futuro a que los humanos busquen nuevos sitios dónde vivir, fuera de la Tierra. En su momento, promocionó la iniciativa Breakthrough Starshot, que pretende enviar naves espaciales de tamaño nanométrico en una misión de reconocimiento más allá de Alpha Centauri, estrella alejada del sol.
“Enviar seres humanos más allá del sistema solar, o incluso instalarlos en Marte, requerirá naves espaciales más grandes y sofisticadas que las nano-sondas de Breakthrough Starship”, opinó el genio y cosmólogo.
Varios expertos creen que la regla de doblaje de 40 años de Hawking, no será necesariamente válida durante los próximos cinco siglos. Es decir, las proyecciones a medio camino sugieren que el crecimiento de la población se estabilizará después del año 2100.
No fue la primera vez que Hawking dio un plazo para alcanzar las estrellas, pues en un documental de la BBC, alertó que la raza humana tiene solo 100 años para colonizar otro planeta, y recomendó comenzar el trabajo con una base en la luna para el 2020.
La pregunta a hacer en este caso sería: ¿Existe ya la tecnología como para idear cohetes espaciales y herramientas, con las cuales el hombre consiga tal hazaña fuera de nuestras fronteras?