Las ventas de los patines eléctricos crecieron un 1021% este año en España, y se espera que sean uno de los regalos más solicitados de cara a los Reyes Magos, pero como todo vehículo, los usuarios deben prestar atención a una serie de características antes de comprar uno.
La implantación de los patines eléctricos en España es considerable, como asegura un informe de Idealo, recogido por ANOVO, que señala que las ventas crecieron un 1021% entre enero de 2019 y 2020. El 2 de enero de 2021, además, entrará en vigor el Real Decreto aprobado por el Gobierno que regula su uso.
Por dicha regulación, los patines solo pueden circular a una velocidad de entre 6 y 25 km/h en carretera y carriles bici de la ciudad, lo que excluye su uso en las aceras, zonas peatonales y zonas interurbanas. Tampoco pueden utilizarse si la persona bebió alcohol, si está hablando por celular, si tiene auriculares puestos o si se transporta a otra persona.
A la hora de comprar los patines es importante probarlo de primera mano. El usuario puede elegir, además, el tipo de patín que mejor encaje con sus necesidades, ya que los que hay son con o sin manija, con sillón, de dos o más ruedas y con distinto peso – oscila entre los 10 y 15 kilogramos –.
El tamaño condiciona el tipo de patín. Los más grandes ofrecen una mayor estabilidad y seguridad, aunque son los que más pesan. Los pequeños son más fáciles de transportar, pero su conducción puede ser algo más inestable.
También es importante fijarse en la carrocería, como se haría en el caso de buscar una moto o una bicicleta. En ANOVO señalan que “el cuerpo del patín eléctrico tiene que ser resistente y de calidad”.
Es recomendable, además, que el patín que se elija tenga frenos de disco, aparte del freno del motor, para aumentar la seguridad, así como luces incorporadas y bien colocadas para que sea visible si se conduce de noche.
Fuente: DPA