Más allá de las mil y una peleas que en diferentes momentos los enfrentaron, Diego Maradona y Guillermo Coppola eran buenos amigos.
Guillermo, quien lo acompañó durante gran parte de su carrera ejerciendo su rol de representante, manifestó su infinita angustia por la muerte del Diez y habló de su último adiós en el velorio.
"Diego en su lugar, en su cajón, estaba con un semblante diferente al de ese día. Mejor no estaba porque no respiraba, pero tenía una cara bien... Buen semblante. Estaba en paz", contó en Arriba argentinos.
"Diego en su lugar, en su cajón, estaba con un semblante diferente al de ese día. Mejor no estaba porque no respiraba, pero tenía una cara bien... Buen semblante. Estaba en paz".
Además, remarcó que su amigo ya no se sentía bien desde hacía mucho tiempo. Según él, el contexto signado por el avance del coronavirus lo habría desestabilizado.
"La pandemia lo tuvo aislado de lo que lo hacía feliz. Ya no era el mismo Diego. Diego necesitaba estar activo y en el último tiempo no hacía nada. Me cuesta creer que se haya entregado", reflexionó.
"La pandemia lo tuvo aislado de lo que lo hacía feliz. Ya no era el mismo Diego. Diego necesitaba estar activo y en el último tiempo no hacía nada. Me cuesta creer que se haya entregado".
Y se despidió fulminando a su último entorno y diferenciándolo del grupo de pares que acompañaban al Diez cuando ellos eran muy amigos. "Yo tuve otro tiempo, Dalma Maradona, Gianinna Maradona, Claudia Villafañe, La Tota, el Doctor Cahe, tenía otro grupo... Buscamos tener un amigo, un profesional de la salud, y la medicación se la daba un médico que tenía contacto permanente con Alfredo Cahe. En ese momento, contaba con un equipazo. Era el entorno familiar de Diego, sentimiento puro, no había otro interés de que Diego estuviera bien", sentenció.