Este fin de semana murió Marcelo, el hermano mayor de Nequi Galotti, quien tenía condiciones del espectro autista y estaba internado por una neumonía bilateral que no pudo superar.
Cada vez que le preguntaban por cómo era su vínculo o mismo por sus redes sociales, la exmodelo y conductora se refería a su hermano con una incondicionalidad notable; Marcelo era paciente del espectro TEA y Nequi siempre puso mucha energía en visibilizar cómo es la vida con autismo a través de postales y recuerdos, dibujos y momentos que compartían en familia.

Recientemente, Galotti tuvo una charla íntima con Ciudad, en la que se abrió con la periodista Mica Levitt, mostrando, una vez más, el lazo que la unía con este familiar para ella tan entrañable, que planeaba cuidar cuando llegara el momento en un futuro. "Sé que el día de mañana Marcelo va a vivir conmigo, lo tengo cien por ciento claro. Ahora él vive con mi mamá y son muy felices viviendo juntos. Pero necesita mucho de la asistencia de otro y la va a necesitar toda la vida", decía.
"Sé que él a mí me va a tener siempre, siempre. Se lo digo a mi mamá habitualmente: 'Vieja, relajate, hiciste todo bien, estoy yo ahora'. Aparte estoy tranquila porque tengo una relación con mi hermano, no es que la tengo que forzar el día que ella no esté. No es que hay que crear algo. Para mí él es un sol", contaba emocionada.

"Cuando era chiquita, me acuerdo que una compañera del colegio no vino a mi casa porque la mamá le dijo '¿cómo vas a ir? Tiene un hermano 'bobito'. En esa época no se hablaba del trastorno del espectro autista. Mi mamá y mi papá me enseñaron a no enojarme y me dijeron 'dejala, no sabe. En algún momento se va a dar cuenta sola'. Me enseñaron lo que es la inclusión y el respeto por la diversidad desde mi más tierna infancia", recordó.
Esa dulzura de la espera y la escucha que Nequi asegura que aprendió de sus padres para relacionarse con Marcelo, impactó en su personalidad. "Siempre digo que soy el resultado de mi hermano más que de mí misma. Por ejemplo, si alguien se desubica me quedo callada, pero no porque no sé contestar sino porque no quiero entrar en la misma sintonía de la falta de respeto", explicaba.
"Siempre digo que soy el resultado de mi hermano más que de mí misma. Por ejemplo, si alguien se desubica me quedo callada, pero no porque no sé contestar sino porque no quiero entrar en la misma sintonía de la falta de respeto".
"Me acuerdo que una tía abuela una vez dijo: 'Ay, pobres tu mamá y tu papá, tienen una cruz en sus espaldas'. Yo miré y dije '¿una cruz?'. Nunca lo sentí así yo, ni mucho menos. Pero antes la gente pensaba así. Hoy por suerte se hacen muchas cosas para incluir, para darles oportunidades, para que saquen lo mejor de sí, para el trato dentro de la familia".
