Guillermo Coppola estuvo de invitado en el programa Antes que sea tarde, conducido por Guillermo López, y siguiendo su histórica fama de galán, participó de un juego de seducción con Amalia Granata.
La situación era la siguiente. Amalia disfrutaba de la noche porteña en la barra de un bar, él debía acercarse y, en menos de un minuto, lograr que ella le diera el teléfono. Antes de comenzar, Coppola dejó en claro sus capacidades: “Es mucho tiempo un minuto igual”, lanzó.
Cuando se inició el juego el ex representante de Diego Maradona tiró algunas frases que la audiencia masculina debería tener presente en las conquistas: “Nunca voy a mirar un celular ni una cartera porque soy seguro de mí mismo”, “voy a dejar que tengas tu libertad”, “yo no cambio, te dejo salir en Playboy. No quiero verte en chancletas. Quiero verte así todos los días”, susurraba al oído de la rubia.
Luego de eso, se dobló la dificultad en el juego, ya que a partir de ese instante el galán debía lograr que ella quisiera ir a su departamento. Lo curioso es que frente a esa propuesta, el personaje de Amalia no tuvo demasiados complejos y se tornó más sencillo de lo pensado lograr el objetivo.
Lo que sí complicó la cuestión fue la llegada de quien sería la novia de Coppola, que interrumpió la charla con un pedido de explicaciones. Aunque cueste creerlo, en ese preciso momento, el gran dandi dudó, balbuceó, tartamudeó... pero no abandonó.
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