Los casos de los chicos actores que, ante la fama repentina, se vuelven precoces adictos a diferentes tipos de drogas y pierden el control de su vida privada y pública son, por decirlo así, moneda corriente en Hollywood.
Casos hay varios. Entre ellos: , el actor de la entrañable película "Mi pobre angelito"; , el dulce niño (que ahora tiene más de 20 años) de "Sexto sentido"; y los mismos compañeros de elenco del protagonista de esta nota, Todd Bridges.
, que interpretaba a la quinceañera hija del señor Drummond, Kimberly, se volvió alcohólica a los 14, trabajo en películas "soft porn" y murió en 1999 de una sobredosis de barbitúricos. A en su vida después de su único éxito, "Blanco y Negro".
Y ahora pudimos conocer el caso de Todd Bridges, que encarnaba a Willis, el hermano mayor de Arnold (Gary Coleman). El actor confesó que comenzó a drogarse a muy temprana edad y que de hecho iba a trabajar bajos los efectos de las sustancias que consumía.
"Tenía sólo 12 años y mi representante abusaba de mí. Pero mi padre su puso de su lado. Cuando cancelaron el show fue que toda mi vida se cayó", contó Todd Bridges, en una entrevista en la cadena .
El actor dijo que fue durante esos años cuando comenzó a consumir drogas, aunque aclaró que nadie se daba cuenta de lo que hacía porque "era muy profesional" en su trabajo, y era esa actividad lo que le permitía continuar.
"Igualmente, cuando tenés 20 años, estás en un show exitoso, pero consumís drogas y llevás puesto un enorme pañal, hay algo que no está bien y deberías cambiar en tu vida", opinó y agregó que "nadie comienza a consumir drogas pensando que luego se hará adicto. Uno consume para ocultar el dolor".
Además, Todd Bridgest indicó: "Pero cuando me volví adicto, no fue porque Hollywood me expulsara. Yo expulsé a Hollywood. Acepto que tomé malas decisiones en mi vida".
"Hace 17 años, desperté un día y me dije esto tiene que cambiar ", fue lo que dijo el actor de 44 años sobre cómo hizo para cambiar de rumbo. En ese momento, "Willis" enfrentaba una causa por posesión de drogas y el juez le dio para elegir: cárcel o rehabilitación.
"Decidí ir a recuperarme. No estaba del todo listo aún en ese momento, por eso cuando me internaron me enfurecí mucho. Enloquecí en el hospital", afirmó Bridges, quien, en ese momento, pasó tres días atado a una cama.
Hoy, la vida le dio una nueva oportunidad y toma su experiencia para darles a sus dos hijos el ejemplo contrario: "Todos los días les digo que los quiero. Les digo siempre la verdad y les cuento todo. Nuestros padres eran del tipo haz lo que digo, pero no lo que hago . Pero eso ya no sirve. Los niños necesitan explicaciones y las merecen".