Lo esencial es invisible a los ojos. Esa frase de Antoine de Saint Exupery bien se puede aplicar a la tecnología, donde la mayoría de los procesos que se producen pasan lejos de la vista de los usuarios finales. Por ejemplo, en una computadora, todo lo que ocurre entre que se hace clic con el mouse o cuando se oprime una tecla es totalmente invisible, sólo se ven los resultados obtenidos.
Pero claro, es precisamente por esos resultados que la gente termina por comprar un monitor, para poder ver lo que escribe, las fotos, los videos, los gráficos, juegos y muchas cosas más. Los monitores de computadoras son, de esa manera, imprescindibles. La tecnología que se terminó por imponer en el mercado, después de años de dominio de las pantallas de tubos de rayos catódicos (CRT) es la de cristal líquido (LCD). Dominan el mercado en donde todavía quedan remanentes de CRT y ya empiezan a llegar los flamantes LED u OLED.
Para comprar el monitor adecuado según cada necesidad, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Tamaño de la pantalla. Dependerá del lugar donde se lo vaya a ubicar. En un escritorio convencional entrarán los de menor tamaño, mientras que si se tiene un buen espacio, uno más grande permitirá una gran visión para los videos o películas. Si bien el estándar actualmente está en las 17 pulgadas, hay monitores de hasta 23 pulgadas o más. - Resolución. Se mide en pixeles por pulgada (ppi) o puntos por pulgada (dpi). Los modelos actuales de 17, 18 o 19 pulgadas usan una resolución de 1280 x 1024 pixeles. Los más grandes de 23 o 24 pulgadas traen una de 1920 x 1200. Con menos que eso, las imágenes se van a ver con poca definición.
- Opciones de ajustes físicos. Si bien la mesa puede ser la indicada y estar justo a la altura de los ojos, conviene elegir un monitor que se pueda bajar, subir, girar para evitar dolores de cuello, de espalda y el cansancio ocular. También hay que pensar en cómo se reflejará en la pantalla la luz del lugar donde se lo colocará.
- Brillo. Está expresada en candelas por metro cuadrado (cd/m2) y mide la cantidad de luz que viene de la pantalla mostrando solamente blancos. La mayoría de los LCDs tienen un nivel de brillo de 250cd/m2 o mayor. Ojo, que mucho brillo puede ser bueno para los videos y los juegos, pero puede llegar a resultar molesto con el paso del tiempo, especialmente para ver texto. Igual es algo que se puede regultar.
- Controles del monitor. Los controles de sintonización permiten ajustar el contraste, brillo, alineamiento horizontal y vertical, entre otras opciones. Se manejan desde un menú en pantalla y/o botones en la superficie del monitor.
- Ratio de contraste. Mide la luminosidad. Debe estar sobre 1600:1, 1400:1 como mínimo para un monitor de 19 .
- Tiempo de respuesta. El tiempo de respuesta o tasa de refresco (lo que tarda el monitor en actualizar la imagen que muestra) máximo debe estar por debajo de los 8ms.
- Ángulo de visión. Medido en grados (hasta 180) indica cuán lejos es posible alejarse de la pantalla tanto a los costados como hacia arriba o abajo sin que se pierda la calidad de la imagen. Un ángulo de visión de 160º x 160º (H-V) es ya un ángulo normal, empezando a ser habitual monitores con un ángulo de visión en torno a los 175º. Si el ángulo ofrecido por un monitor es menor a 150 grados, ni siquiera se lo debe tener en cuenta.
- Entrada de datos. Cada vez son más los monitores que cuentan con entradas VGA de 15 pines y DVI, así como la más reciente HD-DMI, preparada para audio y video digitales de alta definición.
- Versatilidad. Los más recientes modelos incluyen varios puertos USB, micrófonos, bases para iPod y cámaras web incorporados.