No se conoce si por canchera, superada o si realmente es verdad. Lo cierto es que cada vez que Amalia Granata tiene un micrófono habla de sexo.
Y no lo hace como una señorita que, tímidamente, cuenta sus fantasías sexuales, lo hace a "calzón quitado" sin importarle el que dirán.
Eso mismo hizo durante la entrevista con Gerardo Rozín, en respuesta a un cuestionario que abundó en preguntas osadas.
Sin preámbulos, el entrevistador empezó a interrogarla al mando de una pregunta cerrada: sexo ocasional ¿sí o no? A lo que la ex de Fabbiani, híper natural, respondió con un "obvio" exagerado. Para más detalles aseveró que no tiene prejuicios y que si alguien le gusta no tiene reparos en acostarse esa misma noche.
Minutos más tarde canchereó diciendo que, en muchas ocasiones, "se quiso matar" al encontrarse en una casa con un hombre con el que había concretado y ya no le gustaba, y que varias veces eligió llevarse sus conquistas de ocasión a sus departamentos de soltera, el de Rosario y el de Buenos Aires.
Y las preguntas monotemáticas continuaron porque esta vez Rozín no quiso cambiar de tema. ¿Qué es lo que más te elogian los hombres en la intimidad?, preguntó. "La piel", respondió a Amalia. Rozín, entonces, se rió cómplice. Y sin que nadie le hubiese pedido una justificación, Granata se explayó: "Lo que pasa es que tengo depilación definitiva en todo el cuerpo, entonces los tipos se vuelven locos", aseguró.
La frutilla que coronó la entrevista fue una declaración que pareció estar destinada a generar los ratones de toda la platea masculina: "Me encanta hacer el sexo oral; disfruto mucho más hacerlo yo, que me lo hagan a mí. Gozo al ver al hombre gozando, no entiendo a las mujeres que sienten asquito", sentenció.
A esta altura la sonrisa de Rozín pareció estar congelada, desconcertando a un público que no sabía sí estaba viendo un ciclo de entrevistas o un programa de Playboy.